Zaragoza
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Sacar a pasear a tu perro con calma es uno de los mejores placeres de la vida. Verlo correr, saltar, jugar y revolcarse en el césped transmite una extraña sensación de paz y alegría.

Pero uno de esos paseos, en Zaragoza, se convirtió en una auténtica pesadilla para la influencer Raquel Gonla, quien relató su experiencia en redes sociales.

"Ayer tuvimos que llevar a Zoe a urgencias y te voy a contar por qué, para que a ti no te ocurra", comienza diciendo, mirando a cámara, con un mensaje escrito que advierte: "Mucho cuidado con las espigas."

"Cuando nos íbamos a ir a casa, movía raro la cabeza, no me dejaba acercarme y hasta lloraba", relata sobre el extraño comportamiento de su mascota.

Al llegar a urgencias, el perro continuaba inquieto y tuvieron que sedarlo para poder explorarlo adecuadamente. "Cuando me dicen que hay que sedar a la perra, empiezo a llorar", reconoce la influencer.

La sedación en perros conlleva siempre un riesgo, por lo que es necesario que el dueño firme un consentimiento. "Ver a tu perro sedado impresiona, y no se lo recomiendo a nadie", añade.

Los veterinarios encontraron rápidamente una pequeña espiga clavada en la oreja del animal, causante de las molestias. "Le quitaron la espiga y le pincharon antibiótico", cuenta Gonla en sus redes.

El vídeo, que ya se ha hecho viral con más de 6.000 'likes' y cientos de comentarios, termina con una advertencia tajante: "Las espigas son muy peligrosas, las carga el diablo."

Entre los comentarios, muchos usuarios comparten también sus malas experiencias con las espigas. "A mi perra le pasó lo mismo. La tuvieron que sedar con vía. Llevamos 15 días con gotas y un mes sin poder mojarle los oídos. Ahora, cada vez que volvemos del paseo, la reviso entera de arriba a abajo. Lo ha pasado muy mal", escribe Ruth.

María también relata el caso de su mascota: "Ya no solo por oreja y nariz, también enganchadas en el pelo, y ellos mismos, de rascarse y andar, se hacen heridas donde está la espiga, y esta se mete por dentro. Le pasó a mi perra. La revisé al volver del paseo para asegurarme de que no tenía ninguna, y a los días le salió un bulto todo infectado. La llevé al veterinario, la sedaron y al abrirle le sacaron dos espigas. Desde entonces, la reviso aún mejor", detalla.

Las espigas, aunque parezcan inofensivas, pueden causar graves daños a los animales si no se detectan a tiempo. Por eso, los expertos recomiendan extremar las precauciones durante los paseos, especialmente en verano, y revisar a fondo a nuestras mascotas al regresar a casa. Una simple revisión puede evitar un susto innecesario.