Un adiós agridulce es el que vive Pablo Marín, propietario de una tienda especializada en té, café, teteras y menaje en Zaragoza. El aragonés se despide de un negocio que cogió su madre hace siete años y del que está al frente desde hace dos y medio. Lo hace con pena y nostalgia, pero feliz de emprender un nuevo proyecto.
De esta forma, la tienda T4U, ubicada en pleno centro de Zaragoza, en la calle San Miguel número 20, comienza una nueva etapa. Según cuenta Pablo Marín, el actual dueño, quizá sea ya la próxima semana, pues cuenta con varias ofertas para su traspaso.
“Yo me voy a dedicar a otra cosa, me voy a ir a Madrid para hacer un máster con prácticas y posibilidad de trabajo y ya no podré compatibilizarlo”, justifica Pablo sobre la cesión. No obstante, todos aquellos clientes fieles a la tienda pueden estar tranquilos, pues la idea es que la persona que lo releve mantenga el negocio de la misma manera.
Pablo Marín defiende, en este sentido, que T4U funciona muy bien y es rentable: “Tengo clientela fija, ya la tenía mi madre, yo la he heredado, algunos se han ido, otros han venido, pero más o menos se ha mantenido estable tanto el tema de ingresos como de beneficios, salvo el año que hubo obras en la calle que ahí bajó”.
T4U en la calle San Miguel.
Sin duda, en ese éxito influye ubicarse en una calle con mucho tránsito en el centro de Zaragoza, pero también la amplia oferta de té o café, así como el trato cercano y personalizado.
“Tenemos entre 70 u 80 variedades de tés, ahora un poco menos porque por el traspaso los que no son esenciales los he dejado de pedir. Ahora estaré como en unas 50. Entre 9 y 12 de cafés, y luego mieles, que siempre son de aquí, de apicultores de Aragón”, destaca el dueño sobre la oferta de la tienda.
Además, en T4U se puede encontrar menaje como teteras, tazas, filtros, etc. En cuanto a estos, asegura que suele tener unos 10-12 modelos de tazas y 3-4 de teteras. Eso sí, lo que más se vende es el té, destacando el té verde un poco por encima del té negro.
Interior de T4U.
Despedida
Contento por su nuevo reto, Pablo Marín confiesa que “siempre da un poco de pena” porque ha estado muy a gusto entre esas paredes.
“Ya me he ido despidiendo un poco de los clientes durante este último mes, ya les he ido diciendo que me iba”, se sincera y reconoce que estos estaban preocupados por el futuro de la tienda.
“Hay tés que solo tengo yo, y en Zaragoza no hay tantas tiendas como esta. Quieren saber si podrán seguir encontrándolos”, confiesa el dependiente sobre la incertidumbre de los clientes, a quienes tranquiliza asegurando que habrá pronto otra persona al frente.
Además, Marín señala que tiene potencial para crecer más y que “si se le pone amor” se puede lograr. “Todavía no está explotado al máximo, aún se pueden hacer más cosas. Por ejemplo, yo le diría a alguien que se especialice, que se saque alguna formación y que haga catas para enseñar a la gente”, desvela como consejo.