Zaragoza
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Los alérgicos llevan varias semanas pasándolo mal en Zaragoza, y no, no es por el festival de Zaragoza Florece. Beatriz Pola, alergóloga, nos explica que no es tanto por las flores, sino porque “ha llovido mucho durante el invierno y el inicio de la primavera, lo que ha hecho que haya más vegetación”.

Picor en los ojos, moqueo, estornudos y congestión son los síntomas más habituales. “Todo esto se llama rinoconjuntivitis alérgica. Es lo más común, pero también hay pacientes que tienen asma, y que al inhalar el polen se les inflama la vía respiratoria inferior”, explica la experta.

Al contrario de lo que muchos puedan pensar, en la ciudad la alergia puede ser más intensa que en el campo. “Se debe principalmente a la contaminación. Las partículas diésel y de ozono, por ejemplo, se adhieren al polen y hacen que sea un poco más agresivo. A veces, en zonas urbanas parece que va a haber menos polen que en una zona rural, pero no siempre es así por culpa de la contaminación”. No obstante, Zaragoza es una ciudad en la que los índices de calidad del aire suelen ser óptimos.

Hacer frente a la alergia es complicado. “Se ha visto que el uso de mascarilla funciona bastante bien cuando vas andando por la calle, al igual que el uso de gafas de sol. Eso ayuda un poco, pues hacen de pantalla para no inhalar tanto polen, pero es una pequeña ayuda. Realmente es imposible evitar completamente la alergia”, sentencia Pola.

Ante los efectos de picor en ojos y nariz, cansancio y dolor de garganta, lo más eficaz es recurrir a los antihistamínicos. Muchos alérgicos son reacios a tomarlos por sus efectos secundarios; sin embargo, la profesional comenta que se ha avanzado mucho y que actualmente apenas provocan somnolencia. “Los antihistamínicos son el primer escalón del tratamiento para la alergia. Los hay orales, nasales (en spray) y oculares (en colirio). Es cierto que antes atravesaban la barrera hematoencefálica y generaban mucha somnolencia, pero ahora el medicamento se ha mejorado y ya no tiene esos efectos secundarios”, asegura Beatriz.

La incidencia de alérgicos ha aumentado, “pero no se sabe con certeza, pues antes tampoco se diagnosticaba tanto”. La especialidad es relativamente reciente y en los años 40, a lo mejor, “no se le daba más relevancia a un estornudo”, pero ahora hay más gente que se preocupa por estos síntomas y que acude al médico.