Zaragoza
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Albeshr y Hussam, sirios, y Mussab, yemení, son tres árabes que llegaron a Zaragoza hace unos seis años, y quienes coincidieron en una asociación de refugiados. Ahora, más que amigos son familia, y juntos lideran un negocio de éxito en la capital aragonesa. Este jueves 1 de mayo celebran el tercer aniversario de El Damasquino, una pastelería siria única (y deliciosa) en Aragón.

En un día como este, donde además ofrecen un 25% a sus clientes como agradecimiento, es buen momento para valorar todo lo que los tres han logrado con trabajo duro, dedicación y cariño.

Llegaron huyendo de la guerra, como desconocidos, sin un oficio y sin conocer el idioma. Se instalaron en Zaragoza y comenzaron a ganarse la vida. Sin embargo, la pandemia fue un punto de inflexión. “Durante la cuarentena vivíamos juntos los tres. Empezamos a hacer pruebas de pasteles y, viendo que no había ninguna pastelería así, decidimos abrir El Damasquino, a ver cómo nos iba”, cuenta Albeshr.

“Es un producto muy difícil de elaborar y lleva muchas horas, a casi a nadie le gusta hacerlo en casa. Por eso somos los únicos y no tenemos competencia”, justifican al hablar de que, efectivamente, les ha ido bien.

Interior de la pastelería con sus diferentes dulces sirios.

Fue concretamente el 1 de mayo de 2022 cuando este negocio abrió sus puertas al público en la calle San Vicente Mártir, 26. Albeshr, Hussam y Mussab se arriesgaron a emprender, a pesar de las complicaciones que conlleva, del idioma o de la falta de experiencia. Eso sí, contaban con la confianza de hacer los mejores pasteles sirios de la ciudad, receta de un auténtico maestro.

“Mi hermano es el profesional, es el que sabe… Teníamos un negocio familiar en Líbano, donde aprendí desde pequeño. Aquí en España lo he plasmado y les he enseñado a ellos”, narra Albeshr.

Como la primera y única pastelería Siria de Aragón, El Damasquino lleva como lema “un dulce viaje desde Siria hasta tu paladar en Zaragoza”. Y parece, que con este, han conquistado a los maños. De esta forma, los dueños reconocen que están muy contentos con el negocio y el ‘feedback’, aunque los inicios fueron “duros”, pues tenían que compaginarlo con otro empleo.

“Hemos evolucionado muchísimo. Ha sido muy duro, sobre todo al principio. No toda la gente se atrevía a probar este tipo de pastel. Hay poca gente que lo ha probado y muchos que no lo conocen todavía. Este tercer año ha sido el mejor porque hemos hecho chocolate Dubai y como era tan viral en redes sociales, nos ha dado mucha visibilidad”, explica Mussab.