Uno puede pensar que los destinos favoritos para emigrar de los españoles son Reino Unido, Noruega o Irlanda ya que están en la boca de todos respecto a mejores salarios y oportunidades laborales. Sin embargo, hay quien decide armarse de valor e irse a vivir a Australia. Aunque parezca lejos, son muchos los aragoneses que se han adentrado en esta aventura. Tan solo en los últimos diez años, las cifras de emigración han crecido en casi el doble de personas. Según datos del INE, en 2015 estaban residiendo 160 aragoneses en Australia, mientras que en 2025 se ve un aumento con hasta 368 aragoneses.
Las zaragozanas de 24 años Inés Gómez y Vega Monforte aterrizaron en Australia este 2025 motivadas por conocer culturas diferentes a la española. Aunque en el caso de Vega no es la primera vez que pisa suelo australiano ya que en 2023 estuvo residiendo ahí con la 'Student Visa' donde cursó inglés y trabajó unas horas en diferentes puestos como limpiadora o azafata. Ahora, tras algunos meses en España, ha decidido volver mediante la visa 'Work and Holiday'.
Así, reconoce que su vuelta se ha visto empujada por motivos económicos para ahorrar dinero de cara al futuro: "La primera vez pude conocer el mercado laboral y vi que cualquier trabajo no cualificado se paga el doble o triple que en España con uno cualificado", explica esta joven de 24 años que tiene estudios de comunicación audiovisual.
La diferencia de salario es tan notoria que se llega a pagar 30 dólares australianos la hora por trabajos como limpiadora o camarera: "Trabajando 20 horas a la semana ganaba alrededor de 2400 $ lo que equivale a 1.300 euros", explica. Aunque matiza: "Esto no quiere decir que los australianos sean ricos, simplemente pueden acceder a una vida independiente mucho más temprano que un español promedio en cuanto a casa propia, formar una familia, etc. A pesar de que la vida aquí pueda ser un poco más cara, aunque no tanto como nos imaginamos", recalca esta joven.
Igual lo valora Inés Gómez quien lleva viviendo en Australia desde febrero de 2025. En su experiencia: "Empecé a echar muchos currículums al principio y ya encontré una aplicación en el que ofrecían trabajo limpiando casas". El mismo día en el que contaba su experiencia a este diario comenzaba un nuevo trabajo como 'cleaner' en un hotel de su ciudad.
Aunque señala que de ese tipo de trabajo no cualificado es sencillo encontrar trabajo, con titulación desconoce cómo son las oportunidades: "Aquí todo el mundo es ingeniero, abogado y médico y trabajan en puestos no cualificados", recalca. Aun así matiza: "Creo que si te pones a buscar y tienes cierto nivel de inglés, puedes encontrar. Pero yo, personalmente, quería venir a no estar en una empresa porque es de lo que me fui en España".
Vega Monforte con un canguro en Australia.
Ambas ponen en manifiesto que la adaptación al país ha resultado "sencilla". La misma Vega señala que en su primera experiencia en Melbourne relata que la adaptación al país le fue más "fácil" al ser una ciudad más europeizada, además de que "al ser un estudiante internacional el círculo de gente con el que te mueves está en las mismas condiciones que tú". La situación esta vez es diferente ya que acompañada con su novio se han instalado en Darwin, una ciudad al norte.
"Está más aislada del resto del país y aquí sí puedes notar más diferencias en el estilo de vida de la gente porque aparte de vivir australianos viven también aborígenes que tienen su propia cultura y la gente de aquí es mucho más tranquila", explica. Además, el ocio se encuentra "más limitado" y la "adaptación es más costosa". Con tan solo unos días desde que aterrizó de nuevo en Australia explica que ya se encuentra instalada y tanto ella como su novio ya tienen trabajo como gerentes de un supermercado.
Ante el vivir dos experiencias tan diferentes en el país australiano, echa la vista atrás a su primera vez en el país y valora divertida que "además de un novio como diría mi madre, he mejorado mi inglés, he conocido mundo y culturas diferentes". Pero sobre todo lo que más se lleva y que le ha servido de experiencia para esta segunda es: "He aprendido lo que es vivir de manera independiente buscándome la vida sin depender de nadie y en trabajos que nunca hubiera imaginado".
Con ganas de vivir experiencias también llegó Inés Gómez quien tras vivir en Bratislava con la beca Erasmus + se le quedó el gusanillo de volver a ser independiente fuera de España. Así, en un inicio reconoce que no tenía pensado irse a Australia. Lo que tenía claro era que quería emigrar: "No estaba bien en España y me apetecía irme. Además, no quería asentar cabeza ya en una empresa y me dije que era el momento ahora", explica. Esta joven se encontraba trabajando en una empresa de electrodomésticos como administrativa y de camarera en una famosa discoteca de Zaragoza. Impulsada con cambiar de aires, se lanzó a la aventura junto a una amiga de Galicia y se encuentran desde el 5 de febrero en Gold Coast, una ciudad costera al este de Australia.
Uno de los procesos que suelen ser más enrevesados es la búsqueda de vivienda. Tal y como explica esta zaragozana se realiza mediante Facebook o Real State, aunque admite que es "complicado" porque a la hora de buscar vivienda los caseros piden referencias y cotizaciones en el país, a su grupo no le supuso mucho problema: "Tuvimos suerte porque la casera era súper maja y nos autorizó", señala. Eso sí, fue rápido, pero "vimos bastantes casas". De esta forma, viven seis amigos a los que cuatro de ellos los conoció en el hostal en el que se hospedó a su llegada.
La zaragozana Inés Gómez en Australia
Su estancia en Australia para ella está suponiendo un reto personal a la hora de mantener la relación con sus seres queridos de España: "Es un poco caos porque son ocho horas de diferencia, pero aprendes a gestionar las relaciones a distancia", señala. Además de a nivel personal: "Aunque ya lo experimenté en el Erasmus el ser capaz de pasar tiempo sola y ser independiente aquí es mucho más fuerte porque no puedo volver a España tantas veces al ser tan caros los billetes".
La visa que ambas jóvenes tienen permite trabajar durante un año sin límites en el país europeo, para poder alargar su estancia un segundo año, la ley establece que deben pasar tres meses trabajando en zonas remotas de Australia en minas o ranchos. Las dos zaragozanas ya piensan en ello para alargar su experiencia, pero no se ven viviendo a largo plazo: "Requiere muchos esfuerzos tanto personales como económicos y a día de hoy no me planteo", finalizan.
"No quiero superarlo"
Abriendo camino a estas dos zaragozanas fueron a Australia Itziar Santos y Lucía Sanromán. Estas jóvenes recuerdan ahora con 30 años cómo fue la experiencia que vivieron en 2017. Según rememoran, ambas estaban acabando la carrera de Periodismo en la Universidad de Zaragoza y no se encontraban "muy seguras" de qué paso dar. Así, investigando vieron la oportunidad de irse a Australia con una agencia. A día de hoy, tras ocho años desde su viaje siguen teniendo parte de su corazón ahí: "No lo supero, ni lo quiero superar", cuenta divertida Itziar.
Las dos amigas llegaron a Australia con la 'Student Visa' un septiembre de 2017 y volvieron a España en mayo de 2018. Por su parte, Lucía realizó un curso de Marketing e Itziar de inglés, además de trabajar como camareras en un restaurante.
A diferencia de las dos jóvenes que se encuentran este año en Australia, Lucía reconoce que no les fue fácil encontrar trabajo: "Nos costó mucho, es verdad que hay que decir que los sueldos allí igualmente son buenos. A nosotras nos daba la sensación de que no importaba tanto el que tuvieses unos estudios o no". A lo que añade: "Para acceder a puestos mucho más cualificados confían más en su propia gente. Al final los que van allí normalmente solemos ser jóvenes, acabamos de terminar la carrera y muchos de nosotros tampoco tenemos un nivel de inglés súper bueno".
Itziar Santos y Lucía Sanroman en Australia en 2017
Así, reconocen que apenas se relacionaban con círculo de australianos, pero el contacto era bueno: "Te recibían siempre con una sonrisa y te intentaban ayudar en todo lo posible", cuentan.
De esta forma, estas dos jóvenes afincadas en Gold Coast su día a día se basaba en ir por la mañana al curso y por la tarde a trabajar. Aunque eso no les frenó para viajar y exprimir la experiencia al completo: "En los periodos que no teníamos cursos aprovechamos para viajar, nos cogimos una furgoneta estilo 'camper' y nos recorrimos Australia", recuerda Itziar. Para Lucía, amante de los paisajes, fue una experiencia "única".
Allí fueron su propia familia, pero también crearon fuertes lazos con gente que estaba en su misma situación gracias a actividades que realizaba la agencia con la que fueron. Tal es así, que Lucía conoció a su actual pareja: "Él era estadounidense y se fue a Australia por el mismo motivo que nosotras y nos conocimos allí. Ahora está viviendo en Zaragoza conmigo. Todo es súper intenso", reconoce emocionada.
Ante volver a Australia, ambas señalan que no lo harían porque "sería diferente" al estar en situaciones vitales de vida no acordes a lo que es la experiencia. Sin embargo, recomiendan sin dudarlo el vivirlo: "Te hace ser mejor y mucho más tolerante con todo el mundo. Y en tu vida diaria, aunque no estemos expuestos a tantísima diversidad en todos los sentidos, te ayuda a gestionar mejor muchas situaciones, a tener paciencia, a tolerar puntos de vista muy diferentes", reflexiona.