Zaragoza
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Aragón es una comunidad autónoma clave para comprender la historia de España. Su extenso territorio ha sido testigo del paso de antiguos reinos y civilizaciones que dejaron una profunda huella en el patrimonio cultural del país. Desde sus orígenes medievales hasta su papel en la consolidación de la identidad nacional, Aragón es tierra de historia viva.

A lo largo y ancho de sus tres provincias —Zaragoza, Huesca y Teruel— se encuentran algunos de los monumentos históricos más emblemáticos de España. Iglesias románicas, castillos medievales, monasterios y palacios conservan entre sus muros leyendas, batallas y momentos decisivos que aún hoy despiertan fascinación entre visitantes e historiadores.

En la provincia de Huesca, conocida por su espectacular entorno natural en los Pirineos, también destaca uno de los enclaves más importantes del patrimonio aragonés: el Castillo de Loarre. Este castillo románico del siglo XI es el mejor conservado de Europa en su estilo, y uno de los más impresionantes por su historia, arquitectura y localización.

Castillo de Loarre desde lo alto.

El Castillo de Loarre, ubicado en el pequeño pueblo del mismo nombre, domina la llanura de la Hoya de Huesca desde una posición estratégica. Su imponente silueta y sus torres defensivas ofrecen una experiencia única para los amantes de la historia medieval y la arquitectura militar.

La fortaleza está cerca de Zaragoza, a tan solo una hora y cuarto en coche. Su buen estado de conservación y las vistas panorámicas que lo rodean lo convierten en un destino imprescindible para quienes buscan turismo cultural, rutas históricas o simplemente una escapada diferente llena de encanto y significado.

El castillo mejor conservado de Europa

Construido en el siglo XI, el castillo de Loarre es considerado la fortaleza románica mejor conservada de Europa. Su construcción fue iniciada por el rey Sancho Garcés III de Pamplona con el propósito de proteger la frontera cristiana de las incursiones musulmanas.

En esa época se encontraba en la línea de defensa entre los territorios cristianos y musulmanes. Su posición estratégica en una ladera empinada, a 1.070 metros de altura, permitía un control absoluto del territorio circundante.

Niños corriendo en la ladera con el castillo de Loarre detrás. E.E

El castillo desempeñó un papel clave durante la Reconquista, especialmente en la toma de Bolea, un lugar musulmán cercano. Durante el reinado de Sancho Ramírez de Aragón, en el año 1071, el castillo adquirió su forma actual, con la adición de importantes estructuras como la Torre del Homenaje, la Iglesia de San Pedro y una cripta que albergaba reliquias de San Demetrio.

Además, el castillo no solo tenía una función militar, sino también religiosa, con la fundación de un monasterio de canónigos de San Agustín en su interior. Se trata por tanto de un castillo que acogió en su interior a caballeros y monjes por igual.