El Monasterio de Piedra, ubicado en Nuévalos, en la provincia de Zaragoza, es conocido por su impresionante paisaje natural y su rica historia. Sin embargo, pocos saben que este emblemático lugar también juega un papel clave en la historia del chocolate en España. Si bien el cacao tiene sus raíces en América, fue en el Monasterio de Piedra donde se dio uno de los primeros pasos importantes para la introducción y popularización de este manjar en Europa.
El cacao nació en América central con las civilizaciones azteca y maya. Desde tiempos remotos, el cacao, como fruto, tenía una doble aplicación, ya que se tomaba como manjar, bebido en copas de oro fino, y también tenía un signo monetario.
En una carta de Hernán Cortés aparece por primera vez en la cultura el referente al chocolate como “el alimento de los dioses”, según la mitología azteca. La sensación de bienestar y energía que proporcionaba esta bebida hizo que Cortés lo llevara a Europa.
Así, el cacao llegó a España en 1534 cuando, en la cocina del Monasterio de Piedra, se elaboró por primera vez el chocolate a la taza, que incorporaba azúcar, canela y vainilla. Hasta entonces, su sabor era muy amargo, por lo que la manera de endulzarlo era echándole miel.
De este modo, no tardó en llegar a los salones de la aristocracia europea, gracias a una princesa española que lo llevó a Versalles, con un gran éxito entre los paladares acostumbrados a los manjares. Asimismo, también se le atribuyeron virtudes medicinales y hasta el siglo XIX se consideró un buen digestivo.
Con el tiempo, esta bebida ganó popularidad en España y en el resto de Europa, donde su dulzor y carácter estimulante cautivaron a las clases altas. Gracias a los jesuitas y, sobre todo, a las infantas españolas que acabaron casándose con reyes y nobles de otros países, el chocolate acabó expandiéndose por Europa, principalmente por Italia y Francia. Este proceso se aceleró en el siglo XVII, cuando las primeras fábricas de chocolate comenzaron a surgir en Europa.
Hoy en día, el Monasterio de Piedra sigue siendo un importante destino turístico popular, donde los visitantes no solo pueden disfrutar de su belleza natural y arquitectónica, sino también aprender sobre su sorprendente vínculo con el origen del chocolate en España.