Zaragoza
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Unas vacaciones tranquilas en familia y de desconexión del trabajo tuvieron un devenir diferente de lo que pensaba el protagonista de esta historia. Sergio Almingol se encontraba siguiendo su rutina habitual de nado en la playa de Capri, en San Carlos de la Rápita (Tarragona) cuando vio movimiento inusual en el mar que terminó asistiendo en una labor heroica al salvar la vida de este turista.

No se trata de un ciudadano al uso ya que este hombre es un agente del Grupo de Atención al Ciudadano adscrito a la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Aragón, quien fuera de servicio no dudó en reaccionar: "Me fijé en que había una persona que estaba pidiendo auxilio a unos 200 metros de la orilla", recuerda sobre este hecho que ocurrió el pasado julio.

Así, se acercó hasta el lugar donde se encontraba el joven para ver si necesitaba su ayuda, lo que pudo comprobar: "Estaba ya en las últimas. Se había quedado sin fuerzas y el viento no favorecía porque lo arrastraba mar adentro", reflexiona Almingol.

El agente además recibió la ayuda de una mujer que se encontraba practicando paddle surf, quien ofreció su tabla al policía, lo que facilitó completar el rescate con seguridad.

Ante esta situación, puso todo de su mano para poder acercar hasta la orilla el cuerpo inerte de este joven. Tras salir, Almingol recuerda que el joven recuperó "poco a poco la normalidad": "De primeras estaba en la arena completamente fuera de sí. Estaba prácticamente agotado", rememora.

A la asistencia del policía zaragozano se unió el buen hacer de una médica que se encontraba también en la playa, quien asistió al joven noruego. Así, finalmente no fue necesario su traslado a un centro sanitario.

Meses después del suceso, este agente reflexiona que "posiblemente se hubiese hundido y no se hubiera dado cuenta nadie por la lejanía en la que se encontraba".

La rápida y heroica intervención se llevó el agradecimiento de los padres del joven de 18 años como del propio chico. A esta se une el reconocimiento por parte de la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Aragón que le ha condecorado con la Cruz al mérito policial distintivo blanco por su acto fuera de servicio.

Según cuenta, las tablas para ejercitarlo se las ha proporcionado su trabajo ya que en su día a día como agente ha tenido que hacer frente a llamadas de rescates en situaciones anómalas. Aunque bien reconoce que fuera de servicio era la primera vez que tenía que afrontar algo de tal calibre.

"Para mí es un orgullo y para mi familia aún más", valora tras el acto de condecoración que tuvo lugar el martes en la plaza del Pilar en el día grande de la Policía Nacional que celebraba los Santos Ángeles Custodios, sus patrones. Así, concluye: "Ya fue un orgullo la intervención en sí. Estoy agradecido por este acto que para mí ha sido un motivo de alegría".