Cientos de futuros profesores afrontáis vuestras últimas semanas de preparación para las oposiciones de Secundaria y FP en Aragón. A vosotros van dirigidas estas líneas. El sábado 21 de junio se celebrarán la mayoría de los exámenes en distintas sedes de Aragón (salvo dos ramas de Formación Profesional que se adelantan al 14 de junio). No os queda nada, queremos transmitiros mucha suerte para ese día, calma y confianza. Y, sobre todo, queremos desearos mucha suerte para lo que viene después. Nuestra profesión es cada vez más compleja, con aulas más diversas y unas condiciones laborales que dejan mucho que desear. Cada curso es un reto mayor. Nos gustan los retos, pero también estamos cansados y pedimos incansablemente que cambien algunas cosas.
Más de 10.000 personas estáis inscritas para intentar conseguir alguna de las 1.018 plazas de 24 especialidades en Aragón. Esto significa que si todos os presentarais el día del examen, una de cada 10 personas conseguiría plaza. Las especialidades con las ratios más bajas (con más posibilidades de conseguir plaza) son Informática, Matemáticas e Inglés. En el otro extremo, entre las ratios más altas están en Geografía e Historia, Materiales y Tecnología, y Servicios a la Comunidad. Analizando los datos, observamos que en los últimos años están bajando las ratios. Aunque las oposiciones de maestros y profesores son muy esperadas, ya no resultan tan atractivas. Por ejemplo, hace cuatro años, en las oposiciones de Enseñanzas Medias y FP de 2021, en Matemáticas se inscribieron 14 personas por cada plaza; mientras que ahora no llega a 6 aspirantes por plaza. En Inglés, en 2021 había 15 aspirantes por plaza y ahora, cinco. ¿Por qué? La respuesta no es sencilla.
Nos preguntamos dónde ha quedado la vocación docente. Muchos empezamos a trabajar en las aulas porque creíamos en los valores de esta profesión, porque creíamos que la docencia es la profesión más bonita del mundo, capaz de transmitir valores y conocimientos, de formar personas, de mejorar la sociedad. Pero, años después, nos topamos con la realidad: profesores sobrecargados, estresados, agredidos, ignorados, muchos de baja por ansiedad, falta de medios para atender la diversidad creciente, exceso de burocracia, precariedad, sueldos bajos, horarios interminables para llegar a todo, exigencias cada vez mayores, descrédito social. Hace dos meses lanzamos una encuesta a la que respondieron 700 docentes de Aragón. El 74% declaraba estar muy agotado o estresado. Y el 81% consideraba que la carga burocrática perjudicaba su trabajo e interfería en sus tareas pedagógicas.
La administración educativa sabe de qué hablamos, aunque a veces mire para otro lado. Cada curso, el Departamento de Educación se encuentra con más dificultades para cubrir las plazas. Faltan profesores en los institutos. Hay centros donde han estado más de un mes sin profesor de Matemáticas o de Informática, por ejemplo, porque el titular estaba de baja y no había interinos para sustituirle. Educación está poniendo parches y tratando de facilitar el acceso a estas plazas. Como muestra, desde hace varios cursos, ofrece vacantes extraordinarias para titulados con máster habilitante; y en algunas especialidades de FP, sin necesidad de máster. Pero este curso ha ido un paso más allá y también ha ofrecido más de 50 plazas de profesores de la ESO a estudiantes del máster. Otra propuesta del Departamento de Educación ha sido solicitar al Ministerio que autorice a maestros a impartir Lengua y Matemáticas en 1º y 2º de la ESO, con el máster de cada especialidad.
Todo esto no es suficiente. Solo son parches. Nosotros planteamos una revolución profunda de la profesión y de las condiciones laborales de los docentes. Queremos dignificar nuestra profesión y recuperar la autoridad docente. Para ello es fundamental mejorar las condiciones laborales y salariales, y dotar a los centros de los medios necesarios. Los centros deben contar con todo el personal necesario, docente y no docente: administrativos, fisios, enfermeros, auxiliares de educación especial, etc. Todos son necesarios, todos contribuyen con su trabajo a garantizar una educación de calidad y en igualdad de oportunidades.
Sin embargo, y pese a este diagnóstico sombrío, no queremos dejarnos vencer por el pesimismo. Queremos lanzar un mensaje de optimismo. Queremos animaros en la recta final del estudio y os esperamos con los brazos abiertos en la comunidad educativa. Amamos nuestra profesión, pese a todos los inconvenientes y obstáculos. Creemos en la labor docente, fundamental para formar a los ciudadanos del futuro. No nos quedamos sólo en buenas palabras, trabajamos para recuperar la dignificación docente.
¡Mucha suerte a los futuros profesores!
Mónica de Cristóbal, portavoz de CSIF Educación Aragón