Hace unos días amanecíamos con una noticia que desgraciadamente, no es nueva en nuestra comunidad. En este caso, la Comarca Campo de Belchite está en prealerta por la falta de relevo generacional en los negocios de toda la vida.
Una realidad que no se da de manera única en esta comarca. La despoblación y el envejecimiento de la población rural son dos de los problemas más acuciantes a los que se enfrentan muchos territorios de Aragón.
Estos fenómenos, que como he dicho anteriormente no son nuevos, se han acelerado en las últimas décadas, llevando al borde de la extinción a algunas de las profesiones y tradiciones más arraigadas.
Las causas de la despoblación son variadas, pero se pueden resumir en una falta de oportunidades económicas, un acceso limitado a servicios esenciales y la percepción de que la vida en las ciudades ofrece un horizonte más prometedor, especialmente para los jóvenes. Este éxodo no solo reduce la densidad demográfica, sino que también afecta al relevo generacional en sectores clave como la agricultura, la ganadería, la artesanía y otros oficios tradicionales que son emblemas de la identidad cultural aragonesa.
La situación en aquellas comarcas que viven alejadas de grandes núcleos urbanos, todavía es más alarmante. La falta de oportunidades, la lucha por la supervivencia y el miedo a perder las tradiciones que han sustentado la cultura y el patrimonio de la zona, envuelven su día a día. Es preocupante ver cómo desaparecen tradiciones locales y conocimientos ancestrales que forman parte de nuestra idiosincrasia
La continuidad de los oficios tradicionales es un tema que nos preocupa especialmente. Muchas de estas profesiones no solo son el sustento económico de las comunidades rurales, sino también una parte intrínseca de nuestra cultura e identidad. Perderlas significa un empobrecimiento irrecuperable de nuestro patrimonio colectivo y cultural.
Por ello, desde la FAMCP apoyamos programas de formación y transferencia de conocimientos para que los jóvenes puedan aprender directamente de los profesionales que aún ejercen estos oficios. Iniciativas como talleres, escuelas de oficios y proyectos intergeneracionales son esenciales para garantizar este relevo generacional.
El reto de la despoblación y el relevo generacional no es exclusivo de las instituciones. Necesitamos que toda la sociedad aragonesa se implique en la búsqueda de soluciones. Esto implica cambiar la narrativa en torno a la vida rural, mostrando sus ventajas y oportunidades, y destacando la importancia de mantener vivos nuestros pueblos como espacios de riqueza cultural, social y económica.
Es preciso seguir apoyando todas aquellas políticas y proyectos que contribuyan a revitalizar las comarcas de Aragón. Creemos firmemente que, con esfuerzo colectivo, compromiso y creatividad, es posible revertir estas tendencias y garantizar un futuro próspero para el medio rural aragonés.
La vida en los pueblos no es solo una opción; es una responsabilidad compartida que debemos asumir para preservar nuestra identidad y construir un Aragón más equilibrado y sostenible.
Por último, y como máximo representante de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias, creemos que es fundamental la colaboración institucional pero también tener muy presente a quienes decidan apostar por la vida rural. Deben sentirse respaldados por unas infraestructuras adecuadas, un acceso garantizado a servicios sanitarios y educativos, y un entorno donde puedan desarrollar su vida con tranquilidad. Esto incluye también apoyar iniciativas de empleo que dinamicen la economía local y promuevan el emprendimiento, algo en lo que el Gobierno de Aragón, la FAMCP y otras instituciones y entidades trabajan de manera incansable.