Zaragoza
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La confirmación de que Leapmotor fabricará hasta cuatro modelos de vehículos chinos en Figueruelas supone un paso más en la prolífica relación de Aragón y China, que ha ido creciendo al alza en los últimos 20 años hasta convertirse en el segundo proveedor más importante de la Comunidad.

En total, entre Aragón y China se movieron en 2024 más de 2.700 millones de euros en ambos sentidos del puente aéreo. De ellos, 475 millones de euros salieron de la Comunidad con destino al gigante asiático, de los que dos de cada tres son carne, mientras que 2.251 millones fueron comprados por empresas aragonesas, principalmente productos energéticos y bienes de equipo.

Además, se calcula que unas 30 empresas chinas están implantadas en Aragón, junto a más de 2.500 autónomos, dedicados sobre todo a la hostelería y al comercio.

Así lo refleja un exhaustivo informe elaborado por AREX para la revista ‘Economía Aragonesa’ de Ibercaja, que profundiza en el potencial económico, oportunidades y desafíos que representan la mayor potencia comercial del siglo XXI.

En todo ello influyó el cambio de perspectiva llevado a cabo por China a comienzos del siglo XXI, momento en el que pasó de tener una economía cerrada a convertirse en la “fábrica del mundo”, hasta llegar a ser en la actualidad una “potencia tecnológica” que compite frente a frente con Europa y Estados Unidos.

Como respuesta a este crecimiento, inciden desde AREX, la Unión Europea entendió que China era, simultáneamente, “un socio, un competidor y un rival sistémico”, adoptando aranceles a los vehículos eléctricos chinos. El gigante asiático respondió con sus propios recargos a la carne de porcino, que finalmente ha rebajado para las empresas aragonesas.

Ante ello, China apostó por traer a Europa sus industrias, lo que ha consolidado a Aragón como un referente económico. La inversión china en la Comunidad podría sumar 4.500 millones de euros, sobre todo impulsados por la gigafactoría de baterías de Stellantis y CATL y la fabricación de los vehículos de Leapmotor.

“La elección de Zaragoza respondería a la combinación del ecosistema de automoción ya existente y las buenas conexiones logísticas de Zaragoza, así como las sinergias con la planta de Stellantis”, subrayan los autores del informe.

Paralelamente, han ido llegando otras inversiones de capital chino a Aragón, como la recién anunciada de Duoli Technology, junto con Fagor Ederlan, para suministrar el chasis del modelo B10 de Leapmotor, uno de los que se ensamblarán en Figueruelas. Además, TDG Ibernavitas establecerá en Zaragoza su base de operaciones en Europa con una fábrica de baterías, y Juneyao introducirá sus vehículos eléctricos en el viejo continente desde la capital aragonesa.

Más altibajos se ha encontrado el porcino aragonés. La epidemia de peste porcina africana declarada en China en agosto de 2018 paralizó su producción y multiplicó por diez las ventas de cerdo de Aragón. Una vez controlada, el Gobierno de Xi Jinping fomentó la construcción de miles de megagranjas para autoabastecerse y, desde 2020, las ventas de carne porcina de la Comunidad se han reducido en un 60%.

“Los productores cárnicos aragoneses supieron gestionar esta situación de manera excepcional. En tiempo récord, diversificaron los destinos de sus exportaciones hacia Europa y otros mercados asiáticos, logrando incluso aumentar sus ventas al exterior”, apuntan los autores del informe.

Con todo ello, desde AREX sostienen que Aragón debe “cultivar” esa relación con China y asegurar su papel en los mercados internacionales. “Aragón está bien posicionado para recibir inversiones de China, y eso es porque se han transmitido nuestras fortalezas. Las grandes inversiones no vienen de casualidad y todos esos factores han jugado a nuestro favor”, remarca Katharina Mormann, responsable de Comunicación de AREX.

“Las reglas del juego son las de aquí”

Desde Ibercaja aprovecharon la presentación del informe para rechazar algunas acusaciones de “chinificación” de la economía europea, como decía el exCEO de Stellantis, Carlos Tavares, defendiendo que las “reglas del juego” seguirán siendo las condiciones laborales del viejo continente.

“Una cosa es que vengan inversiones de capital chino, y otra que vayan a cambiar las normativas productivas o de regulación ambiental. Ese sesgo negativo de homogeneizar inversiones no lo veo. Vienen a invertir con las reglas del juego de aquí”, ha apuntado Enrique Barbero, director de Comunicación de Ibercaja.