Zaragoza
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Levitec nació en Huesca en 2002 y, desde entonces, se ha convertido en poco más de dos décadas en una de las empresas líderes en ingeniería y construcción aplicada a instalaciones eléctricas y mecánicas, energías renovables, autoconsumo y centros de datos en España.

El secreto de su avance imparable reside no solo en la búsqueda de la excelencia técnica, sino en una apuesta firme por el valor humano y la gestión integral: más de 500 empleados, el 60% de ellos ingenieros, y una facturación prevista para 2025 de 300 millones de euros que podría llegar a los 500 millones en dos años.

Desde sus centros en Zaragoza, Huesca, Madrid, Barcelona, Pamplona y Portugal, Levitec multiplica su huella nacional e internacional, llevando consigo la ética de la transparencia, la honestidad y el compromiso de devolver riqueza y desarrollo a su tierra de origen.​

Construir futuro desde Aragón

Jaime Galindo, director general de Levitec, recuerda sus comienzos como si fuera ayer: "Mis primeras oficinas eran una caseta de obra dentro de una nave en el Polígono Valdeconsejo II en Cuarte y, si miro atrás, solo puedo sentir orgullo y emoción", confiesa. También señala que "el crecimiento ha sido tan fuerte que muchas veces ni nos hemos dado cuenta de lo que hemos llegado a crear".

Esas raíces aragonesas, tan firmes como la voluntad de superación que distingue a la empresa, marcan una manera de ser y de hacer negocios donde la honestidad y la nobleza son señas de identidad, y donde el lema es claro: "Siempre tenemos que devolver a Aragón lo que nos da".

La expansión internacional supuso un punto de inflexión, pero fue la confianza en el talento local y el valor añadido de la ingeniería lo que catapultó a Levitec al éxito, marcando hitos en instalaciones logísticas/industriales, en renovables y centros de datos.

"No nos creíamos lo que éramos capaces de hacer hasta que lo hicimos. Y de repente, vimos que muchos clientes confiaban en nosotros para proyectos de una envergadura impensable pocos años antes", relata Galindo. Sin duda, ese paso al frente marcó un antes y un después para la empresa.

El valor de las personas

En el recorrido de Galindo, hay una figura recurrente que brilla con luz propia: su mujer Isabel. Jaime se emociona especialmente al hablar de ella: "Isabel ha vivido todo el proceso evolutivo a mi lado, en los buenos y en los malos momentos, y ha sabido confiar en mí incluso cuando no era fácil confiar".

"Ha habido etapas difíciles, pero Isabel ha sido ese pilar imprescindible que irradia una energía que contagia y te enchufa", señala. Dice que "estar a su lado es sentir un soplo de confianza y fuerza cuando más lo necesitas".

Oficinas de Levitec en Zaragoza. E.E.

Pero en el ámbito laboral también ha tenido un gran apoyo, su socio Pablo, junto al que ha aprendido que la cercanía y la transparencia con los empleados construyen equipos sólidos y leales.

"Somos una empresa casi familiar y nos obsesionamos por el bienestar de la plantilla. La rentabilidad solo existe cuando la gente está bien", sentencia. Esa filosofía impregna cada decisión: desde los programas de mentorizaje para jóvenes talentos hasta las reuniones en el Pirineo para descomprimir tensiones y mejorar el ambiente.

Metas y objetivos cumplidos

La historia reciente de Levitec se articula en torno a proyectos que han marcado su evolución.

En 2009, la adjudicación de un contrato de 86.000 euros supuso la consolidación definitiva al posicionar su ingeniería en el mercado. Luego, el almacén logístico para H&M en Madrid abrió las puertas a la capital y al trabajo con firmas internacionales, perfeccionando la capacidad de la empresa para operar en un entorno global.

Sin embargo, la internacionalización se cimentó en 2012 con la llegada, por necesidad, del primer proyecto en Alemania, lo que permitió a Levitec superar una etapa crítica y descubrir su potencial competitivo en Europa.

Más adelante, la fábrica de Coco Channel en Italia forzó una autocrítica profunda y una reorganización total de la compañía. En 2020, el salto estratégico a los centros de datos vino a transformar la empresa: hoy este sector representa más de la mitad de la facturación y sitúa a Levitec entre los líderes nacionales e internacionales

Innovar para seguir soñando

En los últimos años, la empresa ha dado un salto cualitativo gracias a la innovación y la especialización.

Galindo destaca la apuesta por la preindustrialización de procesos y la integración de la inteligencia artificial: "Nuestro trabajo es pensar cómo queremos ser dentro de cinco años. Queremos que la tecnología nos ayude, pero siempre humanizando y diferenciando cada propuesta, porque sin personas, nada funciona".

Jaime Galindo en su despacho. E.E.

Hoy el sector de los centros de datos es un sector estratégico para la compañía, en donde se sigue creciendo de manera exponencial, posicionando a la compañía como líder nacional como la empresa con más megavatios construidos, y con reconocimiento internacional.

Además, reconoce que el mayor reto al que se enfrentan es la escasez de personal especializado: "El oficio tradicional se está perdiendo, por lo que nuestra tarea es anticiparnos, formar y atraer talento joven".

Galindo lanza un consejo a los ingenieros del mañana: "Tened paciencia y aprovechad cada oportunidad. Hace 25 años, trabajar en Levitec y en Aragón habría sido un sueño. Hoy se puede aprender en tres años lo que antes llevaba diez, pero lo más importante, siempre, es la ilusión. La ilusión te mantiene vivo y saca lo mejor de ti".

Levitec ha sabido crecer sin renunciar a su esencia: el compromiso social, la sostenibilidad, y una pasión contagiosa por crear, aprender y mejorar. El viaje iniciado en una modesta nave de Huesca sigue avanzando, y su motor son las personas y los sueños. Porque, como repite Galindo, "los grandes logros son imposibles sin grandes equipos y una tierra que te inspire a seguir creciendo cada día".