Zaragoza
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La escasez de vivienda asequible en Aragón se ha convertido en un problema estructural que afecta tanto a las familias como al desarrollo económico. A los altos precios y al encarecimiento de los materiales se suma ahora otro obstáculo: la escasez de mano de obra en el sector de la construcción. Empresas y promotores alertan de que, sin trabajadores cualificados, los proyectos se retrasan o se paralizan, agravando una situación que dispara los precios del alquiler y la compra.

Así ha quedado de manifiesto en la presentación del último informe inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, donde, pese al récord de ventas que vive la Comunidad, se ha atisbado un futuro aún más problemático y con los precios más altos si no se resuelven a corto plazo estos problemas.

Los datos así lo muestran. En la última década, el número de pisos que se ponen a la venta en las principales plataformas inmobiliarias ha caído a la mitad, de 8.000 a 4.000, quedando patente las dificultades para poner en el mercado más vivienda.

“Es complicado poder bajar los precios porque la oferta es escasa y la demanda, alta. Nuestro gran reto es construir lo que estamos vendiendo, pero tenemos un problema con la mano de obra”, han reconocido los responsables de la Cátedra del Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, dirigida por Luis Fabra.

Ante ello, la construcción de vivienda se topa con el gran problema de la falta de trabajadores para llevar a cabo todos los proyectos anunciados. La proliferación de nuevos desarrollos empresariales en la Comunidad hace que copen todo el mercado laboral, lo que está provocando que la construcción de pisos se alargue en el tiempo.

“La comunidad afronta un escenario de fuerte actividad económica y de grandes proyectos industriales, como centros de datos, que competirán por los mismos trabajadores cualificados. Las constructoras se enfrentan a serias dificultades para encontrar equipos disponibles y cumplir plazos, lo que amenaza con agravar el déficit de vivienda”, exponen los responsables de la Cátedra.

De este modo, estos expertos ponen sobre la mesa dos posibles soluciones: desde el impulso a la vivienda prefabricada, con herramientas de inteligencia artificial, a la ‘importación’ de trabajadores.

Esta falta de vivienda, unido a factores como el aumento de la población (es decir, más demanda), se traduce, inevitablemente, en que los precios vuelven a dispararse en los últimos meses. Solo durante el verano, han crecido un 3,1% hasta los 1.686 euros por metro cuadrado, un repunte que se eleva hasta el 8% si se compara el año completo.

"Los precios de la vivienda han seguido intensificándose debido a una intensa demanda derivada del crecimiento de la población y de la formación de nuevos hogares y de la escasa oferta, tanto de obra nueva como usada", explica Luis Fabra. "Y no va a bajar", replica Fernando Montón, director general de Plaza 14.