La expansión de los centros de datos ha desatado un intenso debate sobre su impacto en el consumo de agua, especialmente en un territorio donde la sequía y la gestión hídrica son temas sensibles. Mientras las autoridades defienden estos proyectos como motores de innovación y empleo, vecinos, científicos y organizaciones ecologistas advierten de los riesgos de destinar recursos hídricos limitados a una industria que podría competir con el abastecimiento agrícola y urbano.
Al respecto se pronunciaba este martes el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Carlos Arrazola, que quitaba hierro al consumo de agua de estas macroinstalaciones tecnológicas.
“Entendemos que hay agua. No son grandes consumidores de agua, por lo menos los que se nos han planteado hasta ahora. No es algo que nos preocupe. Es una parte más del sector industrial”, destacaba Arrazola este martes al ser preguntado por la proliferación de estos proyectos y la posibilidad de incluirlos en el próximo plan hidrológico de la cuenca.
En cualquier caso, Arrazola se ha remitido a la legislación vigente y a obtener las autorizaciones pertinentes, tanto para el uso del agua como para los vertidos. “Si dependen de nosotros, necesitarán su concesión de aguas y vertido. No se podrá otorgar ningún permiso si no afecta al estado de la masa de agua”, ha remarcado el presidente de la CHE, que, eso sí, ha lamentado no tener toda la información sobre estos proyectos.
Estas palabras contrastan con las intenciones del Ministerio para la Transición Ecológica, decidido a poner coto a la proliferación de estas infraestructuras y a vigilar la factura que generan, tanto energética como hidráulica. De hecho, la ministra Sara Aagesen no dudó en incidir desde Zaragoza que estaba existiendo una “burbuja” de centros de datos en todo el territorio español.
Para controlarlo, el Gobierno preparó un Real Decreto que establece nuevas obligaciones de transparencia, eficiencia y sostenibilidad para estas instalaciones. Entre otras medidas, exige un sistema de reporte obligatorio para todos los operadores con una demanda eléctrica igual o superior a 500 kW, que incluye desde el consumo de electricidad y agua hasta el tipo de refrigerantes empleados o el porcentaje de energía renovable utilizada.
Al respecto, un informe de la Cámara de Comercio sobre el impacto de los centros de datos cifraba su impacto más exigente en 14 millones de metros cúbicos al año, una cuarta parte del consumo de boca de Zaragoza. “Es gestionable si se impulsa de forma decidida el uso de agua regenerada, estrategia que ya está en marcha”, apuntan.
Asimismo, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, celebraba este martes desde Virginia (Estados Unidos) que los centros de datos modernos son más sostenibles. “Los centros del pasado consumían mucha más energía y agua, cosa que ya apenas ocurre con los que se construyen ahora. Queremos que los centros de datos que se construyan en Aragón sean los centros del futuro, los que dan viabilidad a la economía digital y los que más respetan el medio ambiente”
De Amazon a Microsoft
De todos los proyectos anunciados en Aragón, el más avanzado es el de Amazon Web Services, con tres centros ya en funcionamiento y su ampliación en marcha. Cuando esté a pleno funcionamiento, llegarán a requerir el uso de 755.000 metros cúbicos al año, principalmente para la refrigeración de los equipos.
Esta cantidad, defienden desde Amazon Web Services, significa “el 0,9%” del agua del Ebro que pasa por Zaragoza en un día. Además, añaden, se traduce en unas 150 hectáreas de regadío, cuando todo Aragón cuenta con 400.000 hectáreas para la agricultura.
En comparación, toda la agricultura aragonesa empleaba 2.072 millones de metros cúbicos en 2018, último año del que se tienen referencias, y Stellantis consumió 949.000 metros cúbicos en su planta de Figueruelas en 2023.
No en vano, la instalación del centro de datos en Villanueva de Gállego ha obligado a reestructurar de los servicios municipales para afrontar las necesidades energéticas. La localidad ha construido un segundo depósito de agua, y en las últimas semanas se han producido diversos cortes en el suministro de los propios vecinos para realizar diversos trabajos.
Del resto de los proyectos, pocos datos concretos se conocen sobre el consumo exacto de agua hasta que no se presente la ingente documentación de los PIGA. Microsoft anunció un innovador diseño de centro de datos que no utiliza agua para su refrigeración mediante la implantación de soluciones en los propios chips, lo que garantiza un control preciso de la temperatura sin depender de la evaporación del agua.
