La vivienda es una de las grandes preocupaciones sociales de esta década. La creciente demanda y la escasa disponibilidad en el mercado hacen que los precios cada vez sean más elevados, y alejan a las familias y vecinos con menos recursos, y a los jóvenes que se ven abocados a tener que seguir viviendo con sus padres por la imposibilidad de encontrar un piso asequible.
La solución que se está poniendo en marcha desde las instituciones es facilitar la construcción de vivienda nueva, pero estos pisos tampoco gozan de un valor más accesible. Según datos de la Sociedad de Tasación, el precio medio de la vivienda nueva en Aragón ha aumentado un 6,5% durante el último año hasta situarse en 2.297 euros/metro cuadrado en junio de 2025, alcanzando cifras propias de la burbuja inmobiliaria.
Y no hay nada que pueda aventurar a pensar en que esta tendencia vaya a revertirse a corto o medio plazo. “Como señalan todos los economistas, sigue apuntando un crecimiento. No tenemos una bola de cristal, pero mi opinión es que los precios van a seguir creciendo durante tres años, por lo menos. No se espera que vaya a cambiar”, ha expuesto la delegada de la Sociedad de Tasación en Aragón, Tania Burillo.
Las causas que explican este crecimiento del precio se fundamentan en la alta demanda y una “increíble” escasez en la oferta, lo que se traduce de forma casi irrenunciable en un incremento disparado del coste. “La construcción no está logrando satisfacer todas las peticiones en el mercado, especialmente en grandes ciudades”, expone Burillo.
Este cúmulo de factores es lo que está presionando los precios al alza, unido a la “facilidad” para acceder a unos tipos de interés “más interesantes”. “Eso acerca la financiación para que la gente se anime a seguir comprando vivienda”, reseña la delegada de la Sociedad de Tasación.
Todo ello es una situación generalizada en toda España, donde prácticamente ningún rincón escapa a esta crisis. Aragón (2.297 euros/metro cuadrado) es la séptima autonomía con el precio medio de vivienda más alto, solo superada por Cataluña (5.037), Madrid (4.893), País Vasco (3.450), Islas Baleares (2.936), Navarra (2.385) y Cantabria (2.313). “Esto es una tendencia generalizada que está ocurriendo en todo el territorio nacional”, apunta Burillo.
Esta situación provoca una tensión directa en el bolsillo de los ciudadanos, que tienen que destinar más porcentaje de sus ingresos a pagar la hipoteca. Un ciudadano de Aragón necesita un promedio de 5,3 años de salario íntegro para poder adquirir una vivienda, frente a los 7,6 años, por ejemplo, que marca la media nacional, según la Sociedad de Tasación.
Los principales clientes de vivienda nueva son familias de un poder adquisitivo “medio-alto” y jóvenes que deciden cambiar a un piso más grande. “No todas las familias tienen una capacidad de ahorro alta para acceder a una vivienda de obra nueva. Debes tener un remanente o personas que te ayuden”, añade Tania Burillo.