Las pérdidas aragonesas sufrieron unas pérdidas económicas de 110 millones de euros por el apagón. Así lo refleja un análisis realizado por Cepyme sobre las incidencias sufridas por las pequeñas y medianas empresas durante el corte de luz de la semana pasada, por el que el 76% de las empresas sufrieron un parón total en su actividad y únicamente un 8% no sufrió ninguna incidencia debido, principalmente, a que contaron con equipos electrógenos.
Entre las principales afecciones registradas se encuentran las caídas de red y telefonía que impidieron la atención al cliente y la conexión con plataformas digitales, la paralización de la producción, especialmente en industrias del metal, automoción y agroalimentarias, la pérdida de pedidos y ventas en comercios minoristas, estaciones de servicio y empresas de servicios y las incidencias en cobros electrónicos con TPV inoperativos incluso en negocios que contaban con sistemas de respaldo.
El sector transporte y logística fue uno de los más golpeados. Se registraron problemas en la cadena de suministro, interrupción del reparto y dificultades de comunicación que afectaron tanto a empresas de transporte de mercancías como de pasajeros.
En el sector del metal y de la automoción, numerosos talleres y fábricas denunciaron interrupciones productivas, pérdida de pedidos y averías en equipos informáticos, así como la imposibilidad de realizar trámites administrativos esenciales.
El comercio minorista, por su parte, sufrió un alto volumen de incidencias, especialmente en zonas urbanas de Zaragoza y Huesca donde los problemas eléctricos, la inoperatividad de los TPV y la caída de las ventas fueron la tónica durante y después del apagón.
Por otro lado, un 30% de las empresas ha indicado que no pudieron reanudar su actividad al día siguiente, por lo que el impacto económico no se restringe únicamente al día del apagón. Así, se calcula que el tejido empresarial vio mermada su actividad en un 85%, por lo que, teniendo en cuenta que la contribución económica diaria promedio de Aragón se estima en unos 130 millones de euros, la evaluación de la pérdida económica directa (valor añadido dejado de generar) para Aragón se sitúa en torno a los 110 millones de euros. Esta cifra representa una pérdida de actividad económica o valor añadido bruto potencial, no necesariamente una pérdida de beneficio neto ni una pérdida asegurable bajo los términos estándar de las pólizas de lucro cesante.
A este respecto del seguro, las condiciones contractuales estándar predominantes en el mercado asegurador español hacen que la probabilidad de obtener una indemnización por lucro cesante en este escenario específico sea muy baja para la mayoría de las empresas que cuentan con pólizas básicas.
Desde Cepyme ven imprescindible esclarecer el origen del fallo con la mayor celeridad y garantizar que no se repita una situación similar en el futuro. “En un momento en el que las empresas, especialmente las pymes, ya lidian con altos costes energéticos y un entorno económico incierto, un apagón no es solo un contratiempo, es una amenaza real a su competitividad. Las empresas necesitan garantías para poder trabajar con normalidad”, apuntan desde la organización.