Zaragoza
Publicada
Actualizada

A la séptima fue la vencida. Por fin, en la jornada 7, el Real Zaragoza ha sumado la primera victoria de la temporada al imponerse 0-1 ante el Mirandés en el partido más serio de los maños. El zaragocismo respira algo más tranquilo deseando que sea el inicio de los buenos resultados.

Los de Gabi Fernández, que ha salvado su prueba de fuego, se han adelantado en el marcador a la media hora con un golazo de Sebas Moyano. A partir de ahí, han dispuesto de ocasiones para ampliar la ventaja, pero han tenido que aguantar hasta el pitido final para celebrar los primeros tres puntos que le permiten salir del descenso.

El Real Zaragoza llegaba a Mendizorroza con la urgencia en las espaldas, con tan solo 3 puntos y sin conocer la victoria. En solo 6 jornadas, los maños ya han sufrido la primera crisis del curso y ganar era más que una obligación. Así pues, el enfrentamiento contra el Mirandés se enmarcaba como una fecha clave para el devenir de la temporada con el futuro de Gabi en el aire.

Para lograr el primer triunfo, el técnico revolucionaba el once y daba la titularidad a Andrada por Adrián Rodríguez, así como a Tachi, Pomares, Insua o a Marcos Cuenca.

Se tomaban las medidas ambos conjuntos en los primeros compases, aunque el Real Zaragoza ya daba señales de lo que quería en el partido: un fútbol directo y vertical y con un Marcos Cuenca como protagonista de las mejores llegadas.

La pausa y la timidez monopolizaban el verde de Mendizorroza hasta que a partir del minuto 20 el Real Zaragoza tomaba las riendas. Abría la secuencia un testarazo desviado de Cuenca tras un gran centro lateral de Pomares. El canterano lo intentaba con una internada en el área sin remate y Saidu con un disparo lejano.

Los blanquillos se animaban, pero seguían sin afinar la puntería que tanto le está perjudicando en el inicio de la campaña. Sin embargo, el que lo intenta, al final lo consigue. Así, antes de cumplir la media hora, llegaba el primer gol del encuentro. Sebas Moyano, tras un mal rechace del Mirandés, controlaba el esférico y desde el área definía a la perfección frente a Nikic.

Para evitar que la ventaja durara tan poco como en el choque ante el Valladolid, el Real Zaragoza no renunciaba al ataque y buscaba aprovechar la desconexión de los locales para hacer el segundo. Y ocasiones para ello tenía.

Marcos Cuenca disponía de una doble ocasión para ampliar la distancia, pero el portero detenía para impedir el 0-2. También Moyano podía lograr su doblete, aunque el golpeo pegaba en un defensa.

Por su parte, los de Fran Justo trataban de reaccionar antes del paso por los vestuarios y provocaban la primera intervención de Andrada para despejar un lanzamiento lejano de Marino.

Aguantar hasta el final

Dado el marcador, entraba el Mirandés con más intención a la segunda mitad. Con una mayor presión, pisaba más el campo del Real Zaragoza, sin generar excesivo peligro sobre el arco. Como reflejo de lo acontecido, la acción más importante de la primera media hora era una buena defensa de Tachi para cortar una contra.

Más allá de un golpeo lejano de Paulino, apenas se producían ocasiones en ninguna de las áreas hasta que el partido entraba en la fase definitiva.

Principalmente, y como es evidente, eran los locales los que llegaban con más artillería. Petit o el exzaragocista Alberto Marí lo intentaban, aunque la más clara era de Bauzá, que estrellaba el esférico contra el larguero.

Sufría en ese momento el Zaragoza, acompañado de todos los zaragocistas en las gradas, pero entonces los de Gabi casi celebraban el gol de la tranquilidad. Sin embargo, el disparo de Guti pegaba en un defensa.

El descuento se hacía demasiado largo, pero los maños controlaban los nervios y conseguían mantener lejos las ocasiones rivales con solidez y firmeza. Así pues, el Real Zaragoza certificaba la victoria, sus primeros tres puntos, y sale de la primera crisis.