Marzo comenzó con una triste noticia que inundó la ciudad de Zaragoza. Se trataba del cierre de la librería Central, un negocio con casi 45 años de vida en la capital aragonesa. Esta no es otra despedida más, porque su adiós dejará un gran vacío en Corona de Aragón y en todas las personas que alguna vez la visitaron.
Tal y como trasladó Ana Belén, la gerente, la librería Central había entrado en concurso de acreedores y cuando todo el material se liquidara, bajarían la persiana. Así pues, se encuentran ya ante sus últimos días.
Trabajadores, clientes, universitarios, escritores y otros amantes de la lectura han recibido con pena la noticia y son muchos los que en redes sociales han publicado mensajes de cariño y con algunos de sus recuerdos más especiales.
Entre ellos se encuentra Sergio Royo, un escritor zaragozano autor de 'Todos los crímenes del mundo'. Tras nueve años en el mundillo, ha publicado ya cuatro libros, y estará eternamente agradecido a este negocio por su apoyo. “Pasarán los años y siempre lo recordaré”, resumía.
“En 2016, cuando publiqué mi primer libro, fue la primera librería con nombre en Zaragoza que apostó por mis libros, que me tendió la mano. Creo que esto es algo que ha caracterizado a la librería Central con muchos autores y autoras de aquí y por eso la vamos a echar de menos”, pasaba a detallar el escritor.
“Dieron mucha voz a mis libros cuando yo no era nadie, acababa de empezar y estoy muy agradecido porque no es lo común. Yo era un crío de 25 años desconocido”, recuerda. Además, Sergio Royo valora la labor de los libreros, que son los que recomiendan el libro a los clientes y quienes le contaban cuánto se estaba vendiendo.
Navegando por esos bonitos recuerdos, el zaragozano destaca su primera firma, un momento muy agradable para él: “Acababa de salir el primer libro, me invitaron a firmar para la época de Navidad, tan solo un mes después de haberlo publicado”.
Sin embargo, más allá de esa promoción a su trabajo, para Sergio también se queda con el vínculo creado con todo el equipo. “Cada vez que entrabas te recibían, te preguntaban cómo te iba, hablábamos de recomendaciones, de libros… Siempre han sido muy cercanos”.
Sergio Royo en una firma de su libro.
Un gran vacío
En cuanto al cierre de la librería, Sergio declara que es “una pena” y entiende que la gente que más lo va a sentir son todos esos clientes habituales, los lectores o los escritores como él que han podido firmar allí.
Considera así que Corona de Aragón se va a quedar “huérfana”, porque la librería Central es parte de la zona. Él mismo también se ve “huérfano”, ya que va a ser el primer año en mucho tiempo que en el Día del Libro no va a firmar en su caseta.
“La tónica de Zaragoza está siendo dejar caer a referentes culturales. La librería Central llevaba desde 1981, debemos intentar que no pase más. Es algo inesperado porque lo damos por supuesto. Creemos que una librería de toda la vida va a estar ahí siempre y no es así”, reflexiona el aragonés.