El presupuesto de Zaragoza no estaba pactado. Estaba "pactadísimo". El PP tenía listo el expediente desde hacía tres semanas, pero Vox, cuentan desde el Gobierno, "salía cada día con una".
Empezaron hablando de la reforma de la avenida de Valencia, a la que se oponían al considerar que había otras prioritarias, y continuaron exigiendo una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en la que no se multara a los incumplidores. Ahí es cuando los populares vieron que las cosas podían torcerse y empezó a fraguarse lo que consideran una "traición" en toda regla.
La confirmación llegó a principios de esta semana. Este lunes, horas antes del último pleno del año y de la copa de Navidad, Julio Calvo anunció a Natalia Chueca que votarían en contra. Lo que no esperaban los populares era la puesta en escena de este viernes, con los cuatro concejales en rueda de prensa anunciando un solemne 'no' y diciendo que habían sido ellos quienes habían llamado a Madrid y no al revés.
Durante los últimos años, el rechazo de Vox al presupuesto había sobrevolado en más de una ocasión. En 2023, año electoral, se daba por hecho que Zaragoza iría a una prórroga presupuestaria, pero el entonces alcalde Jorge Azcón logró atar sus votos sin excesivas complicaciones.
Ese 'no' ha terminado llegando semana y media después de que el propio Azcón, ahora presidente de Aragón, anunciase el adelanto electoral. Desde Vox aseguran que la cita con las urnas no ha tenido nada que ver, pero la hemeroteca parece apuntar en sentido contrario.
El propio Julio Calvo había manifestado en varias entrevistas, entre ellas la de EL ESPAÑOL DE ARAGÓN, que había una "predisposición favorable" a que la ciudad tuviera nuevos presupuestos en 2026.
De aquellas palabras han pasado únicamente un mes, pero lo que entonces parecía seguro ha terminado quedando en agua de borrajas. "Han demostrado que no son de fiar", decían este viernes desde el Gobierno, con un mensaje muy en la línea del discurso que ha mantenido Azcón desde que firmase el decreto de disolución de las Cortes.
Para Vox, lo que ha ocurrido es que se han cansado de esperar a que el PP cumpla sus promesas. Como ejemplo ponen el desalojo de la cárcel de Torrero, prometido hace años. "Una ciudad no se puede gestionar como un parque de atracciones", decía un Julio Calvo harto de una política en la que se está priorizando "el corte de cintas" sobre las necesidades reales de los ciudadanos.
El partido llevaba días "madurando" la decisión. La gota que colmó el vaso fue enterarse de que en Valencia y Sevilla sí habían llegado a un acuerdo para no multar en la Zona de Bajas Emisiones. "Sentimos que en Zaragoza nos estaban tomando el pelo", cuentan desde el grupo municipal.
A esto se ha unido una creciente presión por parte de afiliados y militantes. "Nos decían que estábamos siendo muy blandos con el equipo de Gobierno, que no les exigíamos lo suficiente", agregan.
Y no menos importante ha sido el resultado en Extremadura, donde Vox se ha disparado hasta los 11 diputados, muy por encima de los entre 8 o 9 que auguraban las encuestas.
Los concejales de Vox tienen la sensación de que, aunque en los últimos presupuestos habían conseguido pequeñas victorias como la rebaja de la plusvalía o las inversiones en polígonos industriales, "en lo importante" no se había avanzado "absolutamente nada".
"No nos estaban haciendo caso", resume uno de los ediles poniendo de ejemplo la "necesaria" simplificación administrativa o la devolución de competencias al Gobierno de Aragón.
El presupuesto, el lunes
El presupuesto que presentará el lunes Natalia Chueca será el que Vox "había revisado y quería apoyar". El PP no quitará las peticiones negociadas y acordadas, aunque este año "tampoco eran tantas".
Lo que los populares no están dispuestos a hacer es incumplir la ley. Esa es su línea roja. Se refieren así a la posibilidad de quitar las multas de la Zona de Bajas Emisiones, que podría hacer perder al Consistorio 11 millones de euros de fondos europeos este 2025 y otros tantos en 2026. "En Valencia lo van a hacer y se la están jugando", advertían.
El enfado de Natalia Chueca era ayer más que evidente. Calvo no le informó de que iba a salir en rueda de prensa, y menos de que iban a dar datos a los que habían tenido acceso en el marco de la negociación.
"Han antepuesto sus intereses. Lo bueno para Zaragoza no es su prioridad, ahora les da igual", trasladaban desde el equipo de Gobierno una vez consumada la "traición".
Pese a todo, la alcaldesa aseguraba estar "súper tranquila", ya que las cuentas saldrán adelante ya sea en tiempo y forma con una abstención de Vox o con un mes de retraso tras una moción de confianza. A esto hay que sumar que los grandes proyectos están ya lanzados, lo que hace que este revés no sea tan dañino como lo habría sido al inicio del mandato.
"Ese es el camino", decía ella misma al hablar de una hipotética moción de confianza, deseando también que los zaragozanos que tuviesen dudas se den cuenta de que votar a PP y a Vox "no es lo mismo".
El apoyo a Ranera, descartado
Aunque no han faltado amagos y toques de atención, como la reciente votación junto a la izquierda para exigir transparencia en la gestión de eventos culturales, Vox nunca había llevado sus amenazas a estos extremos.
Su propio portavoz no descarta la abstención en caso de que se acepten sus enmiendas, y hay, incluso, otra variable muy a tener en cuenta: el 8-F. Los presupuestos se votarán después de las elecciones, por lo que la postura de Vox podría ser muy distinta en función de si Azcón termina pactando con Aragón-Teruel Existe o vuelve a necesitar a Alejandro Nolasco.
La rueda de prensa de ayer enfrió totalmente las relaciones, hasta el punto de que en las últimas horas no ha habido ningún tipo de contacto entre los exsocios preferentes. Vox puede ir despidiéndose de aparecer en las fotos de inauguraciones y presentaciones de proyectos comunes, y está por ver qué ocurrirá con su puesto en el consejo de administración de La Nueva Romareda SL, aunque su salida no estaría, por ahora, sobre la mesa.
Lo que está totalmente descartado es que Julio Calvo vaya a apoyar a Lola Ranera en caso de que Natalia Chueca no supere la moción de confianza. Él mismo lo confirma, por lo que la continuidad de la alcaldesa está garantizada ocurra lo que ocurra.
