Desde hace meses, el Ayuntamiento de Zaragoza ha impulsado diversas medidas para mejorar la seguridad vial de la ciudad. Desde balizas luminosas y avisos acústicos en los pasos de peatones del tranvía a reducción de la velocidad de estos en algunos puntos o cruces pintados de verde. Todo ello con el fin de reducir los riesgos de movilidad para los ciudadanos.
De hecho, la próxima semana se cumplirá un año del trágico accidente en el que una menor de edad perdió la vida arrollada por un tranvía en la parada de La Romareda. Tras ese suceso, el Ayuntamiento encargó a Idom un estudio, sufragado por los Tranvías de Zaragoza, en tres zonas de la ciudad: La Romareda, Universidad o el Actur.
Mejorar la seguridad en estos puntos resulta imprescindible, ya que muchos usuarios son escolares y estudiantes, y hay precedentes de accidentes.
De esta forma, hace un mes se conocieron algunas de las principales medidas que se iban a llevar a cabo para reducir el riesgo entre peatones y tranvía, arrojadas por este análisis.
Una de ellas era la posibilidad de rediseñar los pasos de cebra o incrementar el espacio entre el arcén y las vías del tranvía en La Romareda. En este caso, la implantación dependerá de la construcción del nuevo campo (estará finalizado en agosto de 2027).
Barandillas en el Actur
Igualmente, este diario confirmó que se planteaba que en el barrio del Actur se colocarían barandillas para diferenciar el recorrido de los convoyes con la parada de autobuses, donde espera habitualmente un importante número de personas por las diferentes líneas que circulan en la mayoría de estas avenidas.
Así pues, este jueves 11 de diciembre, muchos vecinos del Actur se han despertado con una novedad visible en su entorno, la cual ha pillado por sorpresa a muchos. Se trataba de estas anunciadas vallas.
En concreto, se han colocado, al menos, junto a las paradas de Adolfo Aznar, cerca del supermercado Carrefour y en dirección a Parque Goya, y en la de Clara Campoamor (la de GranCasa), en el sentido contrario.
Nueva barandilla junto a la parada Adolfo Aznar.
Estas marquesinas tienen a sus espaldas las vías del tranvía y lo que se quiere conseguir con esta instalación es reducir atropellos por despistes o por cruces arriesgados hacia las vías. Es decir, las vallas separan el carril del tranvía con la acera de espera y presentan forma de L.
A lo largo de este barrio, el tranvía cuenta con hasta 14 paradas, entre las de subida y bajada, y varias de estas comparten la situación de confluencia entre el tranvía y el autobús. Por ello, estas barandillas emplazarían también junto a las demás. Precisamente, las barandillas se ubican unos metros previos a las paradas.
