El aumento de la okupación de viviendas es una realidad que inquieta a cada vez más propietarios en España. No es un problema del que se libre Zaragoza. De hecho, varios son los puntos donde este tipo de situaciones no paran de repetirse.
Consciente de ello es el Ayuntamiento de Zaragoza, quien ha decidido reforzar la seguridad en los edificios que han sido desalojados en la zona de Zamoray- Pignatelli. Lo hará mediante lo que se conocen como 'puertas antiokupas', lo que tendrá un coste de 18.000 euros (IVA incluido).
Esta no es la primera vez que en el barrio del Gancho se ven este tipo de sistemas. De hecho, y según lo señalan los expertos, la preocupación por la okupación ilegal de viviendas en esta zona de la capital ha llevado a muchos propietarios a reforzar la seguridad de sus inmuebles con alarmas y puertas blindadas.
Antonio Calvo, administrador de fincas, confirma que hay una preocupación "bastante grande" por el tema de ocupaciones ilegales y que, ante este problema "todos los medios que pongan son pocos para evitarlo". Según el experto, en los últimos meses, los inversores que han adquirido varios pisos -en algunos casos un portal entero- han decidido instalar este tipo de sistemas de seguridad mientras preparan las viviendas para su alquiler o venta.
"En este tipo de zonas la preocupación es alta, no se quieren arriesgar. Los hay incluso que, ante el coste de estos seguros, han puesto directamente una chapa soldada y alarma, haciendo imposible el acceso a la vivienda", afirma. Y, es que, los costes de estas puertas especiales pueden variar entre los 300 euros y los 3.000.
Todo depende de la calidad de la misma. Así lo señala Daniel Mateo, conocido en redes sociales como 'El cerrajero de TikTok', quien explica que "si uno se va al Leroy Merlín puede encontrarlas a un coste bajo, pero las buenas tienen un coste muy elevado".
Pero, ¿qué es exactamente una puerta antiokupa? Según lo señala Mateo, "son unas puertas, plegadas prácticamente en una cajita, que se ponen encima de la del hogar". También las hay más robustas, como las acorazadas que son "totalmente de acero y con sistemas antiretroceso". Así, estas pueden ser de diferentes tipos y ponerse en diferentes situaciones, aunque el fin siempre es el mismo: proteger un hogar de posibles intrusos.
Seguridad "total"
Sobre la efectividad de estos sistemas, Mateo afirma que es "total". Siempre y cuando, insiste, "sean de buena calidad". "Una puerta acorazada tiene que ser una puerta certificada con grado de seguridad", recomienda, ante lo que añade que "estas suponen una inversión de 3.000 euros la unidad". Eso sí, "tienes todas las garantías de que no hay manera de abrirlas".
Más que nada porque, para conseguirlo, "supone estar mucho rato y causar un buen destrozo". Algo que, a un posible ladrón o okupa, "no le interesa. Los que buscan entrar en una casa no lo hacen a suerte, saben que puertas son las fáciles de abrir y con cuales se tienen que pelear porque les interesa hacerlo rápido ya que el tiempo juega en su contra", asegura.
