El Gobierno de Zaragoza ha dado un paso decisivo en la regeneración de El Portillo al aprobar el proyecto de urbanización de este enclave estratégico, que contará con un presupuesto de 33,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 14 meses. La intervención afectará a 110.000 metros cuadrados, dentro de un ámbito total de 14 hectáreas, y supondrá la recuperación de un espacio que lleva más de veinte años pendiente de transformación.
"Se trata de un paso firme para dar solución a la mayor fractura urbana de nuestra ciudad, que separa los distritos Centro y Delicias", ha señalado el consejero de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, Víctor Serrano. Ha recordado, además, que el plan está promovido por Zaragoza Alta Velocidad, sociedad integrada por el Estado (50%), el Gobierno de Aragón (25%) y el Ayuntamiento (25%).
El ámbito de actuación se extiende desde Escoriaza y Fabro hasta Anselmo Clavé, pasando por Escrivá de Balaguer al norte y alcanzando la glorieta de los Zagríes al sur. El rediseño incluye una reforma profunda de las principales vías perimetrales y, como elemento central, la creación de un gran parque de nueve hectáreas, que se convertirá en la tercera zona verde más extensa de la ciudad, solo por detrás del Parque del Agua y del Parque Grande.
Una gran avenida
Entre las actuaciones previstas destaca la transformación de Escoriaza y Fabro en una gran avenida de tres carriles en sentido sur, con aceras anchas similares a las del Paseo de la Independencia. La avenida de Anselmo Clavé también se ampliará con dos calzadas de tres carriles y un carril adicional para giros, lo que permitirá simplificar la circulación en la glorieta de los Zagríes y ganar más espacio para el peatón. En cambio, la calle Escrivá de Balaguer mantendrá su actual configuración.
El nuevo pulmón verde de la ciudad ofrecerá 48.800 metros cuadrados de zonas verdes, 703 árboles (548 de nueva plantación), más de 19.000 metros cuadrados de superficie ajardinada, cuatro áreas de juegos infantiles, cuatro espacios deportivos, seis zonas de descanso, un recorrido ciclista de 1,4 km y un área de esparcimiento canino. A ello se suma la renovación de 3 km de colectores, 820 metros de tuberías de abastecimiento, 34.300 metros cuadrados de aceras y 38.500 metros cuadrados de calzada, además de la plantación de 50.000 arbustos.
El proyecto ha sido redactado por un equipo multidisciplinar integrado por los ingenieros Joaquín Bernad y José Manuel Almarza y los arquitectos Joaquín Sicilia y Pablo de la Cal, y se presenta como una de las actuaciones urbanísticas más transformadoras de la capital aragonesa.
