Las cámaras de Delicias se enfrentan a su examen definitivo. La Comisión de Videovigilancia se reunirá este lunes para evaluar el proyecto presentado por el Ayuntamiento de Zaragoza y, si todo está en orden, podrían entrar en funcionamiento ya esta próxima semana, según confirman desde el Gobierno municipal.
Los crecientes problemas de seguridad de la zona llevaron a los comerciantes a reclamar un extra de seguridad, petición en la que el Consistorio lleva meses trabajando y que ahora podría dar el paso definitivo.
Las dos cámaras, ya instaladas, se pondrán a modo de piloto en el entorno del Jardín Vertical, uno de los puntos marcados en rojo por su conflictividad. Desde el Ayuntamiento confirman que una vez que se reciba luz verde se necesitarán apenas 24 o 48 horas para conectarlas, de ahí que todo pueda quedar resuelto la próxima semana.
El equipo de Natalia Chueca llevará a la Comisión de Videovigilancia, en la que están presentes desde la Policía Nacional a la Fiscalía o la Delegación del Gobierno, tanto la validación de estas dos cámaras como la actualización de la red existente en la ciudad, con una treintena de equipos que vigilan puntos como el Gancho o el barrio Oliver.
Cómo funcione esta prueba piloto en Delicias será clave de cara a instalar más cámaras en otros puntos de Las Delicias y de Zaragoza. Esta tecnología podría ser clave a la hora de esclarecer delitos pero, sobre todo, se busca que tenga un efecto disuasorio y que los delincuentes se lo piensen dos veces antes de actuar.
El contrato de las dos primeras cámaras de la calle Delicias se adjudicó a Orbe Telecomunicaciones SL por 15.904,30 euros, IVA incluido, el pasado mes de noviembre.
Según el pliego que salió en su día a licitación, las cámaras contarán con inteligencia artificial (IA) y serán capaces de detectar comportamientos sospechosos a partir de los datos que capten del movimiento; información que estará anonimizada para garantizar el respeto a la privacidad y únicamente podrá usarse "a requerimiento judicial".
Esta fórmula permitirá monitorizar, analizar en tiempo real y procesar todo lo que ocurra en el entorno, una apuesta que podría ayudar a mejorar la degradada convivencia vecinal y evitar el deterioro del mobiliario urbano, por el que apostó especialmente la anterior corporación con la entonces concejala Carmen Herrarte a la cabeza.
El sistema será modulable y ampliable, permitiendo incorporar más instalaciones a futuro. Las cámaras se conectarán a través de fibra óptica y enlazarán la red del Ayuntamiento a un videograbador a modo de servidor ya instalado en el Centro de Control de la Policía Local, que recibirá las imágenes para su tratamiento y almacenamiento.
El Consistorio justifica su necesidad con el objetivo de "perseguir de una manera más efectiva los actos delictivos" que deriven en investigaciones policiales o judiciales, como ya ocurre en zonas como el entorno de la calle de Pignatelli.
"La implementación de sistemas de videovigilancia inteligentes no solo mejora significativamente la atención al ciudadano, sino que también optimiza la seguridad pública mediante la detección y prevención efectiva de delitos. La extensión de este proyecto refuerza el compromiso del Ayuntamiento con un crecimiento sostenible, inclusivo y tecnológicamente avanzado, contribuyendo a hacer de Zaragoza una ciudad más segura y eficiente en la gestión de sus recursos", decía en el pliego de condiciones.