Después de más de mes y medio sin nevadas significativas desde el puente de la Constitución, el Pirineo aragonés se prepara para recibir la tan ansiada nieve. Un frente frío asociado a la borrasca Éowyn, situada en las proximidades de las islas británicas, será el encargado de traer estas precipitaciones invernales.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé que, a partir de este sábado, se produzca una situación de inestabilidad con precipitaciones generalizadas y probables nevadas en las montañas del norte de España.
La cota de nieve se situará entre los 1.400 y 1.800 metros, descendiendo durante la tarde hasta los 1.100-1.300 metros en el noroeste.
Aunque inicialmente no se esperan espesores significativos, portales especializados como Snow Forecast pronostican acumulaciones de menos de 10 centímetros en las estaciones del Pirineo aragonés para este sábado.
Sin embargo, el domingo y el lunes las nevadas continuarán, aunque de manera débil, y se espera que el martes puedan acumularse hasta 40 centímetros de nieve.
Nieve en las estaciones de esquí
Las estaciones de esquí de la región, como Formigal-Panticosa y Cerler, gestionadas por el grupo Aramón, están de enhorabuena por la llegada de este frente frío, que podría traer nevadas importantes. Hasta ahora, las estaciones han mantenido sus pistas operativas principalmente gracias al uso de cañones de nieve artificial.
Este cambio en las condiciones meteorológicas también beneficiará a otras estaciones como Astún y Candanchú. Para este fin de semana, los esquiadores tendrán a su disposición 167 kilómetros de pistas en el Pirineo y la sierra turolense, de un total de 395 kilómetros disponibles.