Zaragoza
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La seguridad en casa siempre ha sido, es y será algo querido por todos. Cerrar la puerta, sentir el resguardo de los muros, imaginar que nada puede perturbar la calma del hogar. Sin embargo, la sombra del robo sigue ahí, discreta pero latente. La sensación de vulnerabilidad, especialmente en las noches o en épocas de vacaciones, mantiene viva la preocupación ciudadana.

En los últimos cinco años, la instalación de alarmas en España ha crecido un 35%. A pesar de estos datos, la buena noticia es que los robos en viviendas han ido descendiendo. Así lo asegura Silvia Lasheras, experta en seguridad de Tecalsa, quien confirma que "la preocupación por el robo en viviendas y comercios sigue a la orden del día".

Según Lasheras, "las segundas residencias son particularmente sensibles a los robos, ya que suelen permanecer cerradas durante largos periodos de tiempo". En el caso de las residencias habituales, la realidad es distinta, pero igualmente alarmante. "El 82% de los robos suceden en chalets, frente al 18% de los pisos", añade la especialista.

Los estudios también reflejan un patrón claro en cuanto a los días y épocas en los que más se producen los robos. Lasheras detalla que "los delincuentes suelen elegir la madrugada del viernes al sábado y los lunes para cometer hurtos o allanamientos". En cuanto a los meses, enero, marzo y agosto concentran la mayoría de los asaltos, meses que coinciden con las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, cuando los hogares suelen quedar vacíos.

Además, las estadísticas también muestran que "hay un equilibrio entre los robos cometidos en hogares y negocios". Sin embargo, la percepción social sigue centrándose, en particular, en los domicilios, quizá por el impacto emocional que tiene ver violada la intimidad del propio hogar.

Uno de los datos más llamativos que aporta la experta es el carácter impulsivo de la delincuencia. "Tan solo un 10% de los robos son planeados". Lo que implica que el 90% restante son llevados a cabo de manera "impulsiva e improvisada". "Los ladrones actúan con mucha rapidez. El tiempo medio que tardan en realizar un saqueo es de 26 a 30 minutos", subraya.

Esa brecha de tiempo es fundamental. Media hora puede parecer poco, pero para un delincuente puede ser suficiente para causar enormes pérdidas. De ahí que la estrategia de prevención no pueda confiar en la suerte, sino en sistemas que detecten y frenen al intruso desde los primeros segundos.

En este punto, Lasheras no duda en remarcar la importancia de contar con dispositivos eficaces. "Un sistema de alarma es como un vigilante silencioso y constante. Su capacidad para detectar intrusiones y alertar en minutos a las autoridades resulta crucial para proteger un inmueble", explica.

Con los datos en la mano, los expertos insisten en que la seguridad no debe entenderse como un lujo, sino como una inversión en tranquilidad. Cada robo tiene un impacto que va más allá de lo material: deja tras de sí la sensación de vulneración de un espacio íntimo e irreemplazable.