El inicio de curso es siempre un momento muy especial para los niños, ya sean de Aragón o de otras comunidades. Los primeros días son un regreso a la rutina, aunque también, como todo comienzo, empezar un nuevo año supone conocer los compañeros con los que los pequeños estarán rodeados, así como las asignaturas y los profesores que las imparten.
Y, este tipo de encuentros, siempre es un momento importante para los alumnos, pero sobre todo para aquellos que forman parte de un aula TEA (Trastorno del Espectro Autista). Así lo señala Beatriz (40 años) maestra de audición y lenguaje, quien cuenta que la vuelta al cole supone "todo un reto" para sus alumnos".
"La vuelta al cole es un reto para cualquier alumno, pero especialmente para los niños con TEA. Tras el verano, los cambios de rutinas, profesores o compañeros generan mucha ansiedad. Por eso anticipamos la información con materiales visuales, pictogramas o fotos, para que se enfrenten al inicio con menos angustia", explica la docente.
En su clase son un total de nueve alumnos, pese a que la ratio estipulada en Aragón para estas aulas es de siete. Una cifra que, pese a que no parece muy distinta, supone mucho a la hora de trabajar de manera individualizada con cada pequeño.
Porque, tal como lo confirma Beatriz, el trabajo docente en un aula TEA exige una dedicación "especial". "No hay libros de texto estándar. Todo el material lo tenemos que preparar y adaptar, no solo al nivel de cada curso, sino también a cada alumno en particular. Eso significa muchas horas en casa, además de las 25 semanales de atención directa en el colegio", asegura.
Inclusión pendiente
Bea reconoce que trabajar en un aula TEA es gratificante, pero advierte de las carencias que todavía lastran la educación en Aragón. "Es muy bonito hablar de inclusión, pero la realidad no es esa. Nos faltan recursos materiales y sobre todo personales: más auxiliares, más apoyos y más espacios en los colegios para trabajar con ellos. La inclusión plena aún no existe", asegura.
Desde el departamento de Educación del Gobierno de Aragón, el director general de Planificación, Centros y Formación Profesional, Luis Mallada, aseguraba este mismo miércoles que este nuevo curso (2025-2026) llega acompañado de un "importante despliegue de recursos en la red educativa".
Apuntaba así a la apertura de 24 nuevas aulas TEA (Trastorno del Espectro Autista), las 11 aulas de Educación Especial y 8 de escolarización anticipada. A ello, dijo, se suman nuevas aulas de ESO y otras ocho abiertas de manera extraordinaria durante el proceso de escolarización para atender la demanda de las familias, reforzando así su libertad de elección.
No obstante, desde el profesorado subrayan la necesidad de dotar las aulas adecuadamente: “No basta con abrir nuevas aulas TEA, hace falta que estén bien equipadas y que se formen también monitoras de comedor, de transporte escolar o de actividades extraescolares. Toda la comunidad educativa debería estar preparada para atender a este alumnado”, plantea Beatriz.
Con un número cada vez más elevado de este tipo de alumnado, la docente asegura que lo más importante en las escuelas de Aragón "no es que los niños se adapten a la escuela, sino que sea el colegio el que se adapte a sus necesidades".
