Las fuertes granizadas del pasado miércoles han causado auténticos estragos en Aragón. Solo en la comarca de Campo de Cariñena han arrasado más de 200 hectáreas, un destrozo que llega en el peor momento: en pleno inicio de la vendimia.
La peor parte se la han llevado municipios como Paniza, Cariñena o Encinacorba. “Hay compañeros que ya no recogerán nada”, lamentaba este jueves Nicolás Aldea, responsable del sector del vino en UAGA.
La tormenta cruzó toda la comarca y duró apenas 20 minutos, tiempo suficiente para acabar, en muchos casos, con el trabajo de todo un año. Los daños se han concentrado, principalmente, en la uva, aunque el granizo también ha cogido algún almendro.
El problema, apunta Aldea, es que la piedra no solo ha diezmado la producción -la DO de Cariñena habría perdido hasta 6 millones de kilos de uva-, sino que afectará a la calidad del vino.
“A lo mejor en primavera rompe unos granos y el racimo sigue adelante con menos producción, pero ahora afecta a la calidad de la uva, que está con el punto exacto de azúcar de cara a la recogida. El fruto se pudre y ni siquiera se puede cosechar”, explica.
A la hora de recuperar las pérdidas, reconoce que “el nivel de aseguramiento no es del 100% en todas las explotaciones”. “El que no tiene y ha perdido toda la cosecha… Imagina cómo puede salir adelante. Los que sí aseguran no recuperarán el 100% de todos los daños, pero sí una parte importante”, agrega.
Los últimos meses han sido especialmente complicados. Los problemas empezaron en primavera. Las tormentas han ido salpicando prácticamente todas las zonas de la Denominación de Origen: “Pero esta última, por su intensidad y por el momento en el que se ha producido, ha sido de las peores”.
Él la vivió en su pueblo, Almonacid de la Sierra, a unos 15 kilómetros de la ‘zona cero’. Allí no cayó granizo, pero sí abundante agua. “Es la cara de la moneda. Se recogieron de 20 a 40 litros por metro cuadrado. Estamos en un momento en el que la planta todavía trabaja, transforma ese agua, y lo traslada al fruto. Con lo cual, por esa parte ha venido muy bien, pero al que le ha caído la pedregada le ha hecho mucho daño”, exponía.
La tormenta, en cifras
La estación de Panticosa, en la provincia de Huesca, fue la que más agua recogió este miércoles de toda España. Acumuló 43,8 litros por metro cuadrado, mientras que la de Biescas, también en Huesca, sumó 40,6 y la de Canfranc, otros 37,8, según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
A los daños en el campo hay que sumar los daños en coches, con decenas de vehículos que han terminado en el taller abollados y con las lunas rotas, y en viviendas particulares, principalmente en cristales, persianas y muebles de exterior.
Muchos aseguran no haber visto un episodio igual en años. No en vano, en municipios como Miedes, las bolas de granizo alcanzaron los 5 centímetros de diámetro. Mientras, en otros puntos como Aguilón, en la provincia de Zaragoza, las calles llegaron a convertirse por momentos en ríos.
