Carmen Carnicer se ha convertido en estas últimas semanas en todo un símbolo de lucha contra la okupación. EL ESPAÑOL DE ARAGÓN sacó a la luz el problema con el que llevaba luchando desde hacía año y medio. Alquiló la vivienda familiar en la urbanización de Pescadores en Caspe (Zaragoza), pero solo le pagaron dos meses.
Desde entonces, la pensionista ha vivido en un eterno calvario hasta que finalmente, la semana pasada logró recuperar su vivienda. La empresa de mediadores EZ Property se puso en contacto con Hugo, su nieto, y lograron llegar a un acuerdo con los inquiokupas. Así pues, Carmen volvía a la casa familiar en la que tantos recuerdos había creado.
Ahora, una semana después sigue con la emoción a flor de piel: "Me he quitado un peso muy grande de encima". Además, dice que ahora se siente "más tranquila". Aunque hay momentos en los que los malos recuerdos vividos en este tiempo le vuelven: “Me han hecho pasarlo muy mal, me han tratado muy mal”.
Sin embargo, el apoyo que ha recibido por parte de sus vecinos ha sido fundamental y se siente “muy agradecida”. “Nunca pensé que nos querían tanto. Hemos recibido mucho apoyo y sobre todo de la juventud del pueblo”, explica visiblemente emocionada. La alcaldesa de Caspe, Ana Jarque, también ha sido un gran apoyo para Carmen en este tiempo: “Ayer vino a verme a la residencia y estuvimos mucho rato hablando”, cuenta.
La ayuda vecinal no terminó cuando la pensionista recuperó su vivienda. “Unos chicos del pueblo nos están ayudando a arreglar y limpiar la casa”. Además, han puesto una alarma para evitar un nuevo caso de okupación. También han arreglado la reja de una de las ventanas que los inquiokupas habían roto.
Vía judicial
El principal problema de la inquiokupación radica en la duración de los procedimientos legales: aunque la media nacional para un desahucio por impago es de 14,9 meses según el Consejo General del Poder Judicial, en la práctica muchos procesos se prolongan hasta dos años si los arrendatarios recurren sistemáticamente las resoluciones.
Carmen realizó la primera denuncia en diciembre de 2023 y este año había tenido dos intentos de desahucio, ambos fallidos. Al menos, esta vez “ha sido la buena y se han ido” finaliza. Este caso es una buena muestra del desgaste al que se enfrentan los propietarios ante este tipo de situaciones.