Mientras las terrazas se llenan, los viajes aumentan y el tiempo libre empieza a asomarse, hay quienes ven el verano como algo más que sol y ocio. Para muchos jóvenes zaragozanos esta época del año es sinónimo de oportunidad: trabajar, hacer prácticas o intentar dar el salto al mercado laboral.
Alejándonos por tanto de la imagen del verano como período vacacional, son muchos los estudiantes que pasan estos meses con una mirada puesta en el futuro. En lo relacionado con el sector laboral, en junio, el paro descendió en Aragón en más de 2.000 personas, según afirma el Ministerio de Trabajo. Por otro lado, aunque no todas las prácticas son remuneradas, desde el 1 de enero de 2024 los becarios tienen derecho a cotizar a la Seguridad Social, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
De esta manera, son muchos los jóvenes como Ainhoa Soba de 22 años, quien aprovecha de otra forma las vacaciones. Estudiante de Ciencias Políticas y Sociología, ha compaginado sus últimos exámenes con su primer empleo.
Este verano ha conseguido su primera oportunidad de prácticas en una consultoría del sector público. "Esto me gusta y lo llevo muy bien porque solo trabajo cinco horas al día", cuenta con entusiasmo. Para ella hacer prácticas en verano es casi la única opción viable, ya que durante el curso la cantidad de asignaturas no le permiten trabajar y, considera que es el "mejor momento" para hacerlas y, sobre todo, disfrutarlas.
Valora, además, la diversidad de tareas que puede realizar y el aprendizaje que conlleva. También agradece estar de prácticas ya que no tiene tanta responsabilidad y que su mayor reto es realmente "realizar tareas que nunca había hecho e intentar hacerlo todo bien"..
En el otro extremo, hay otros jóvenes que dedican el verano a buscar trabajo de lo que han estudiado. Una de ellas es Emma Dillet, también de 22 años, quien acaba de terminar el grado de Podología. Aunque lleva trabajando dos veranos como camarera en un hotel de Rubielos de Mora, este año ha decidido no repetir por si finalmente consigue trabajo: "Me sabe mal dejarles tirados en mitad del verano", reconoce.
Emma Dillet, recién graduada en Podología, este verano ya no trabajará de camarera y buscará trabajo de lo que ha estudiado
Otro recién egresado es Lucas Martín, de 23 años y titulado en el doble grado de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Este joven se ha decantado finalmente por trabajar como fotógrafo turístico recorriendo diferentes playas.
Aunque no está relacionado con sus estudios, espera adquirir diferentes habilidades como soltura con las personas, desarrollo de autonomía o experiencia. Este joven confiesa que será un trabajo duro pero que "está muy bien pagado": "Me permitirá ahorrar para poder seguir con los estudios, cursos o idiomas", admite.
Hay quienes también tiran del filón de la hostelería, quienes refuerzan sus plantillas en pleno periodo de llegada de turistas. Judit Millán tiene 22 años y es estudiante de Filología Hispánica. Esta joven, junto a una amiga, vieron que para ellas la mejor opción durante las vacaciones de verano era trabajar en la piscina de Martín del Río, Teruel.
"Al fin y al cabo estás en el pueblo y puedes estar también en las fiestas", afirma. Aunque Judit no solo trabaja de camarera, sino que ha tenido que hacerse autónoma y gestionar tanto todos los temas administrativos como los pedidos del restaurante o la limpieza. De este modo, cuenta entre risas que se trata de un oficio que le gusta "a ratos" ya que "hay situaciones de estrés o clientes más complicados".