Aragón se prepara para entrar de golpe en el verano con máximas de hasta 39 grados este mismo viernes. Semejante aumento -de nada menos que 13 grados respecto a la temperatura que marcaban los termómetros este lunes- puede tener graves consecuencias para la salud, provocando incluso muertes durante los periodos de ola de calor.
Solo en 2024 perdieron la vida 136 personas por este motivo, la mayoría de más de 65 años. Los primeros indicios suelen venir en forma de calambres, agotamiento o irritación de la piel, síntomas que pueden agravarse y derivar en fiebre, dolor de cabeza, vómitos y pérdida de conciencia.
Para reducir el riesgo, la Comunidad ha activado un plan de acción con el que prevenir los daños asociados a estos excesos de temperatura, medida que incluirá desde la monitorización diaria de los valores que se alcancen hasta el 30 de septiembre hasta un refuerzo informativo a los profesionales sanitarios y la población para alertar sobre los efectos del calor y dar recomendaciones.
También se trabajará en coordinación con los servicios sociales para identificar los grupos de riesgo. Por primera vez, el Plan Nacional incorporará la definición de ola de calor epidemiológica, que será aquel episodio en el que las temperaturas se asocien con anomalías de mortalidad "con independencia de la duración".
En 2024, las peores semanas fueron las comprendidas entre el 22 de julio y el 18 de agosto. Ya desde el pasado año, las alertas dejaron de proporcionarse por provincias para descender a lo que se conoce como zonas de meteosalud, un nivel de detalle que permitirá afinar las acciones a desarrollar.
En total hay nueve -tres por provincia- y cada una cuenta con su propio umbral. Así, el calor empieza a tener efectos a partir de los 30,6 grados en el Pirineo oscense, de los 33,2 en el centro de Huesca y de los 36,4 en el sur de la provincia.
En el caso de las Cinco Villas, el valor de referencia son los 35,5 grados y en el de la Ibérica zaragozana, los 36,2, mientras que en la Ribera del Ebro el riesgo viene a partir de los 37.
Por su parte, Albarracín y el Jiloca tienen los 32,8 grados como umbral, Gúdar y el Maestrazgo los 31,2 y el Bajo Aragón de Teruel los 35,7.
A partir de estos valores se calculan hasta cuatro niveles de riesgo que van desde el 0, que se representa en color verde, hasta el 3, en color rojo. En este último, el plan contempla refuerzos de comunicación y distribución de materiales y una atención especial a las personas más vulnerables (bebés, menores de cinco años, mayores de 65, gente que lleve a cabo actividades que requieran de mucho esfuerzo físico o personas con enfermedades previas o que tomen algún tipo de medicación de forma crónica).
Según explican desde el Gobierno de Aragón, las últimas evidencias científicas refuerzan la idea de que los planes de prevención tienen un efecto real sobre la disminución de la mortalidad. Desde el Ejecutivo recuerdan que "todos somos susceptibles de sufrir trastornos ante el exceso de calor", y aunque la mejor forma de protegerse es "usar el sentido común y los sistemas tradicionales, hay una serie de consejos que ayudarán a hacer todo más llevadero.
En casa, se recomienda mantener las ventanas y persianas cerradas, aprovechar la noche para ventilar y usar ventiladores o aparatos de refrigeración. Asimismo, se incide en la necesidad de beber agua sin esperar a tener sed, evitar comidas calientes o pesadas, llevar ropa apropiada y usar protección contra los rayos solares.
En caso de observar síntomas graves se aconseja conseguir asistencia médica "lo antes posible" y, de encontrarse al cargo de personas mayores, se insta a vigilar estrechamente su situación física. Esos días también hay que prestar especial atención a los familiares mayores que vivan solos y a que los niños no jueguen o hagan ejercicio expuestos al sol.