Zaragoza
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La basílica del Pilar, el monumento más visitado de Aragón, recuperará por completo su acceso principal a pesar de las obras que tendrán que hacerse en la cúpula de Ramón Bayeu tras el último desprendimiento, que dejó un herido leve a finales de marzo.

El episodio obligó a acordonar el entorno por precaución, una decisión que alteró, también, la movilidad en el interior de la basílica, por la que cada día pasan miles de turistas, zaragozanos y vecinos de otros puntos de Aragón.

Los visitantes pueden seguir entrando por la puerta baja -la más utilizada durante todo el año y, por consiguiente, la más importante-, pero la salida se hace ahora por el acceso más cercano a la iglesia de San Juan de los Panetes.

Los trabajos se desarrollarán a partir de la próxima semana, una vez concluidas las procesiones de Semana Santa y, previsiblemente, recibirán luz verde este mismo martes, cuando se reunirá la Comisión de Obras del Cabildo.

Las tareas se acompasarán con el arreglo de las torres, que sigue su curso. La de Nuestra Señora del Pilar está totalmente 'vestida' de andamios, una estructura que también ha empezado a colocarse en la de Santiago, probablemente la más dañada por el paso del tiempo y el efecto de las palomas.

Próximos pasos

Fuentes del Cabildo confirman que, en el caso de la cúpula de Bayeu, la intención es colocar una plataforma en planta baja que se apoyará sobre cuatro columnas. Esta fórmula permitirá a los técnicos acercarse a la bóveda para estudiar su "situación real" con detenimiento y poder elaborar el correspondiente proyecto.

Esta plataforma, confirman desde el Cabildo, hará que se pueda salir también por esta puerta baja. Con la solución provisional se tuvo que cerrar la puerta grande, razón que explica el cambio en los 'flujos'. No obstante, una vez esté instalado el andamio podrá reabrir, una decisión que, seguro, agradecerán los fieles.

Desde el Cabildo aseguran que se está actuando con celeridad y que estos, dada la magnitud de los trabajos, son los plazos habituales, ya que antes de acometer cualquier actuación habrá que elaborar un proyecto que concrete los pasos a seguir.

Las primeras impresiones del arquitecto del Cabildo, Javier Ibargüen, apuntan a que habrá que actuar en la bóveda "en su conjunto", ya que al margen de la superficie afectada "hay otra grieta que enlaza con una fisura", algo que pudo comprobar él mismo con una inspección ocular a la cúpula horas después del desprendimiento. Este extremo, en todo caso, tendrá que confirmarse una vez que se coloque la plataforma dentro del templo.

Arreglar los desperfectos requerirá de un importante desembolso, inversión que se unirá al presupuesto necesario para reparar las torres -alrededor de un millón de euros por cada una- y que ha llevado a la Iglesia a hacer un llamamiento "serio" a la solidaridad de empresas y administraciones públicas, ya que esta situación comienza a sobrepasar a un Cabildo que, por el momento, asumirá con fondos propios las labores en las torres de Nuestra Señora del Pilar y Santiago y tiene intención de 'poner a punto' El Pilar de cara al bimilenario de la aparición de la Virgen en 2040.