Zaragoza
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La nueva normativa de ascensores está dejando derramas de miles de euros en Aragón. En el número 13 de la calle Condes de Aragón, en el barrio de Romareda de Zaragoza, necesitarán cerca de 4.000 euros por vecino para cambiar por completo los cuatro que tienen. "Salimos de una derrama y nos metemos en otra", dice la presidenta de la comunidad, Cristina Corral.

Los actuales son de hace 52 años y, lógicamente, han conocido tiempos mejores. Aunque en estas décadas se han ido haciendo algunas cosas, son "justitos", según reconoce. En la última inspección, de hecho, se detectaron varias deficiencias (desde algún cable pelado a puertas que no terminaban de cerrar bien) que los propietarios tendrán que corregir cuanto antes, un arreglo que saldrá por 17.000 euros y que no incluye los refuerzos de seguridad que exige la Instrucción Técnica Complementaria que entró en vigor el pasado 1 de julio.

Asumir esos 17.000 euros habría hecho que los ascensores se quedasen "como estaban", por lo que, a no mucho tardar, tendría que haberse hecho otra derrama para cumplir la ITC e instalar, por ejemplo, los infrarrojos que se piden para evitar accidentes.

Esto hizo que la comunidad diese un giro de 180 grados y optase por cambiarlos por completo y ponerlos a cota cero. "No estábamos dispuestos a pagar un dineral y que luego no estuviesen en condiciones. Preferimos pagar mucho más pero tener un aparato nuevo", agrega.

Actualmente tienen sobre la mesa varios presupuestos. La horquilla es reducida, con opciones de entre 243.500 y 245.500 euros para renovar los cuatro. Las mayores diferencias vienen en la letra pequeña. "Unos, por ejemplo, nos incluyen las deficiencias que ahora tenemos y luego nos las descuentan, otros solo nos modernizan el ascensor... También hay que tener en cuenta si el precio incluye o no llevarlos a cota cero", apunta Corral.

La comunidad, asesorada por Antonio Calvo, vocal y responsable de la Comisión de Comunicación del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón, consta de 65 pisos divididos en cuatro portales, a razón de 16 vecinos por escalera.

Los nuevos ascensores supondrán un cambio total, desde la cabina hasta la maquinaria. "Vamos a estudiar las fórmulas de pago a habilitar. Hay empresas que nos permiten financiarlos a 60 meses con un interés bajísimo de apenas el 4%, pero es probable que también demos la opción de pagar de golpe para quienes puedan y no quieran recurrir a la financiación", agrega.

El mayor hándicap es que los vecinos siguen pagando otra derrama para cambiar la instalación de la calefacción que ya costó más de 3.000 euros. "Vamos a terminar ahora. Acabamos con una y nos metemos en otra. Claro que supone, pero bueno, todo se hace dentro de un orden", explica.

El mayor punto positivo es que el nuevo ascensor revalorizará el edificio. "Hay que tener en cuenta que es uno de los primeros que se habitaron en esta zona. También es posible que, en el futuro, cambiemos la puerta de acceso. Hasta ahora se había hecho lo justo y necesario y, al entrar a vivir una nueva generación de propietarios, están apostando por modernizarlo. Está claro que, cada cosa que haces, sube el valor del edficio a la hora de venderlo o poner el piso en alquiler. Nos está costando buenos dineros, pero iremos poco a poco", afirma.