Zaragoza
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El reparto de migrantes se ha convertido en el nuevo foco de tensión entre Jorge Azcón y el Gobierno de Pedro Sánchez. Aragón asegura no poder más y que sus recursos no solo están al límite, sino que, en el caso de los menores no acompañados, opera al 169% de su capacidad. Polémicas como el uso de los aviones militares de la Base Aérea de Zaragoza o los graves problemas sanitarios del hotel en el que comían varias mujeres y sus hijos menores de edad son solo dos ejemplos. Pero la situación, lejos de corregirse, amenaza con complicarse todavía más con la previsible llegada de otros 4.500 menores más a la Península en las próximas semanas.

Desde el Gobierno aragonés aseguran que la información "no acaba de fluir" y piden al Ejecutivo central, quien tiene las competencias, una hoja de ruta que aclare cuál va a ser su planificación. "No hemos visto ningún documento. ¿Cuál es el plan?", se preguntan. La DGA espera llegar con datos a la sectorial prevista para mediados de mes en Ceuta, pero no las tiene todas consigo. Especialmente tras el episodio de la Base, del que no se informó al Pignatelli.

Según explican desde el Gobierno aragonés, la Comunidad recibió en 2024 a 233 menores fuera de los canales oficiales. Además, hasta el pasado 21 de enero se tenía constancia de 16 más, una situación "insostenible". "Es imposible garantizar una atención en condiciones, y eso que se ha pasado de 600 plazas a cerca de 1.000 en menos de un año", recalcan. Los problemas no terminan ahí, ya que ni siquiera hay suficientes educadores sociales para ayudar a los inmigrantes.

Las llegadas masivas se han convertido, también, en objeto de guerra de cifras. Desde el Gobierno de Aragón trasladaron ayer que eran 16 mujeres y sus hijos las que estaban siendo atendidas en Jaca desde hacía dos semanas. La Delegación del Gobierno, por contra, aseguró que eran siete mujeres y dos menores los que permanecían actualmente en ese establecimiento y que habían llegado desde Gran Canaria el pasado 27 de enero, hace una semana.

Otro foco de polémica es el trato que están recibiendo estas personas. En el Hotel Mur donde comía este último grupo, además de grupos de niños que participaban en la semana blanca que organizan multitud de centros escolares de la Comunidad, se encontraron tres kilos de latas de conserva abiertas y con moho. La comida, en mal estado, tuvo que ser destruida ante el riesgo existente para la salud.

El propio consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, advirtió ayer de que si en la próxima inspección hubiese motivos para un cierre cautelar "todos los clientes alojados tendrían que ir a otro restaurante de Jaca para recibir las comidas y cenas". De hecho, desde la Delegación del Gobierno se dio orden a Apip-Acam de buscar una alternativa de inmediato.

El problema, lejos de ser puntual, afectaría a otros establecimientos escogidos para el alojamiento y la manutención de inmigrantes, aunque no llega al extremo de este hotel de Jaca. Es el caso del hostal Las Nieves, también en esta localidad, donde duerme este grupo 'recién llegado'.

Las implicaciones

La llegada de inmigrantes tiene implicaciones que van más allá de la acogida humanitaria. Desde Vox han convertido esta problemática en una línea roja y amenazan con no aprobar el presupuesto de 2025 que presente Azcón si la DGA sigue permitiendo la llegada de más simpapeles.

Hasta la fecha, el líder popular viene insistiendo en que Aragón se regirá por el principio de legalidad y solidaridad. No obstante, las críticas al Gobierno de Pedro Sánchez van cada vez a más por la falta de recursos existentes y la limitadísima información que se proporciona a los gobiernos autonómicos sobre estos traslados.

Todo esto explicaría que el Gobierno popular no haya presentado aún un proyecto de presupuestos y podría complicar votaciones tan decisivas como la del techo de gasto o la de las propias cuentas de 2025, a las que el Ejecutivo aún no ha renunciado pese a estar ya en febrero y necesitarse entre un mes y medio y dos meses para completar la tramitación.