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¿Son tan malos como los pintan los bonos de fidelización del Santander?

Este jueves termina el plazo de aceptación de la oferta lanzada por Santander para compensar a parte de los afectados por la resolución del Popular. Y fuentes ligadas al proceso confirman las dificultades para la colocación entre minoristas, recelosos desde el principio ante un producto complejo que les obliga a estar ligados al banco cántabro durante siete años, casi el mismo plazo que se estima para los procesos judiciales abiertos por el caso.

5 diciembre, 2017 16:51

En su última presentación de resultados, Banco Santander anunció que se había superado el 60% en los objetivos de colocación. Pero por volumen. La cifra por personas físicas sería menor, según fuentes consultadas, que consideran que la entidad no alcanzarán el cien por cien de su objetivo inicial. ¿Termine como termine el proceso, y aunque se colocase todo lo previsto, la verdad es que en estas semanas ha habido mucha preocupación en el banco por el escaso interés de los minoristas, ya que se da por hecho que quien no haya acudido a la oferta, estará inmerso en el proceso de demandas¿, indican.

Según datos recopilados por Morgan Stanley, el banco presidido por Ana Botín provisionó un total de 8.300 millones de euros tras la compra del banco resuelto por el valor simbólico de un euro el pasado 7 de junio, de los que unos 400 millones se dedicarían a cubrir los riesgos procedentes de posibles litigios. El temor en el banco no es solo que la cifra final supere las previsiones, sino el daño en la `imagen¿ del banco de cara a mantener a los antiguos clientes del Popular.

Por eso, la entidad cántabra se ha esforzado en `adornar¿ el bono de fidelización ofreciendo, a casos concretos y estudiados, condiciones ventajosas en otros productos. Por ejemplo, préstamos personales a un interés del 0,5% a siete años por el importe invertido en la última ampliación de capital del Popular. También se habría ampliado el rango de clientes con derecho a acceder a la oferta, más allá de los inicialmente acordados (aquellos que compraron acciones del Popular entre el 26 de mayo y el 21 de junio de 2016, así como los bonistas de obligaciones subordinadas computables como tier 2 de las emisiones de 29 de julio de 2011 y 14 de octubre de 2011, y que a su vez fuesen clientes del banco, depositando estos valores en cuentas del bróker de una de las dos entidades).

Pese a haber abierto el espectro de esta oferta que, por otro lado, el banco no estaba obligado a lanzar, a la entidad le ha costado ¿sudor y lágrimas¿ acercarse a los objetivos de aceptación previstos inicialmente, según las fuentes consultadas. Los expertos explican que el principal motivo ha sido la complejidad del propio producto, detallada incluso en un folleto en el que Santander obligaba no solo a renunciar a cualquier tipo de acción legal, sino también a firmar un documento manuscrito en el que el minorista reconocía conocer dicha complejidad de un producto por el que no ha tenido que pasar un test de idoneidad que sí se lleva a cabo en colocaciones similares de deuda perpetua, siempre entre cualificados.

¿Lo positivo de los bonos es que ofrecen una forma sencilla, sin líos, de recuperar parte de lo perdido. Y eso para alguien que ha visto cómo el sexto banco español, en el que había depositado su confianza, ha desaparecido, puede ser importante¿, explica Miguel Ángel Bernal desde el departamento de estudios del IEB. Bernal señala como otra ventaja, además de la `tranquilidad¿ tras lo sufrido, que quien haya acudido a la oferta, podría gozar del ya mencionado "mejor tratamiento como cliente".

Pese a estas ventajas, las fuentes consultadas coinciden en cuatro puntos principales que han puesto trabas a la colación del bono entre minoristas, sin contar con esa complejidad de un producto para ¿quienes han pasado de tener acciones del Banco Popular, la sexta entidad nacional, a deuda perpetua del Santander¿.

SIETE AÑOS LIGADO AL SANTANDER

La oferta del Santander consiste en la entrega al cliente de bonos a 7 años que darán derecho a un cupón efectivo discrecional y no acumulativo a un tipo de interés nominal anual del 1%, pagadero trimestralmente. Se consideran valores perpetuos, con un valor nominal de 100 euros cada uno. Es decir, lo clientes recibirán todo su dinero si conservan el bono esos 7 años. Prácticamente el mismo plazo que podrían durar los litigios según fuentes consultadas. Además, recuerdan que Santander puede decidir no amortizar los bonos después del séptimo año, convirtiéndolos en bonos con pagos variables, así como amortizar anticipadamente la emisión en caso de que los bonos dejasen de considerarse elegibles para el requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles. Miguel Ángel Bernal tiene claro que, ¿si el plazo de amortización hubiese sido más bajo, la adhesión al bono no habría costado tanto¿.

DUDAS CON LA FISCALIDAD

¿Han existido muchas dudas en torno a la fiscalidad del producto¿, indica Bernal. Algunos despachos de abogados apuntan incluso a que algunas comunidades autónomas puedan incluir su declaración en el impuesto de donaciones. Pero expertos fiscalistas consultados lo descartan, indicando que ¿para considerarse una donación, el banco no debería recibir nada a cambio. Y en este caso, sí lo recibe: que no le demanden¿, explican. Santander deja claro en el folleto que el bono de fidelización tributará en el IRPF, con un tipo mínimo del 19%, y podrán compensar el pago a Hacienda con las minusvalías sufridas tras la intervención de Popular. Pero en el momento de la amortización, sí se producirá un rendimiento del capital mobiliario, que Hacienda tributará con el sistema actual con cerca del 20%, según explican los expertos.

TIPO DE INTERÉS MUY BAJO

Santander ofrece un interés del 1% anual que se pagará trimestralmente. Un interés extremadamente bajo a pesar del entorno de tipos en mínimos que vivimos. David Ardura, director de gestión de Gesconsult, recuerda que emisiones de deuda perpetua similares (aunque no comparables por las características especiales del bono de fidelización), rinden a entre el 6% y el 8% actualmente. Incluso existe una emisión de deuda perpetua del propio Santander al 6,25%. El experto espera que los tipos de interés suban en los próximos siete años del plazo del bono, por lo que advierte que ¿si alguien quiere colocarlos en el mercado se pueden encontrar con un buen susto, ya que tendrá que venderlos con pérdidas¿. Ardura tiene claro, además, que la inflación de los próximos siete años también podría comerse esa rentabilidad del 1%.

¿Y SI HAY UNA QUIEBRA?

Aunque es una situación claramente improbable, quien se haya visto envuelto en la crisis del Popular ya no puede descartar nada sobre el sistema financiero español. Y los expertos recuerdan que estos bonos de fidelización se contabilizan como deuda perpetua, que se coloca por orden de prelación (que implica, entre otras cosas, el derecho a cobrar en caso de quiebra) justo por detrás de los CoCos (bonos contingentes convertibles) y por delante de la deuda senior de las entidades.

SI VENDE EN EL MERCADO, OLVIDE RECUPERAR EL CIEN POR CIEN DE LO INVERTIDO

Para aquellos que hayan acudido a la oferta y quieran vender sus bonos en el mercado, han de tener en cuenta que se les podría aplicar una quita, según AFI e Intermoney, del entorno del 30% sobre su valor nominal.  Es decir, quien venda cuando reciba el bono, no recuperará el 100% de su dinero. Además, esta admisión a negociación  no  garantiza de por sí el desarrollo de un mercado secundario líquido, lo que puede dificultar su venta por aquellos inversores que quieran desinvertir en un momento determinado. De hecho, Banco Santander ha firmado un contrato de liquidez con Bankinter, pero este no garantiza a los titulares que vayan a poder vender en el momento en que deseen ni el precio al que podrán hacerlo.

De hecho, y si finalmente se cumplen las previsiones y los bonos de fidelización debutan con un valor en torno al 70% del nominal en el mercado, el tenedor tendrá que reinvertir hasta lograr una rentabilidad de al menos el 6,25% anual para igualar lo que conseguiría si decidiera mantener el bono inmovilizado durante el plazo establecido de 7 años.

PRÓXIMAS FECHAS CLAVE EN EL CALENDARIO

A partir de ahora, y no más tarde del 15 de diciembre, los afectados comenzarán a recibir los bonos de fidelización como compensación a las pérdidas sufridas con la resolución del Popular. Y ese 15 de diciembre Santander ha establecido el inicio del devengo de la remuneración. Antes del 15 de enero de 2018 los bonos de fidelización serán admitidos a negociación, para tres meses después, el 15 de marzo, se proceda al primer pago de la remuneración.

Suponiendo que el valor nominal de los bonos de fidelización sea de 70 euros en el momento de salir al mercado secundario, el tenedor tendría que lograr, reinvirtiendo, una rentabilidad extra del 6,25% anual para alcanzar los 107 euros que ingresarán los que mantengan el bono de fidelización al cabo de los siete años (100 del valor nominal más el 1% anual).