Economía

El acuerdo sobre quién pagará el presupuesto de la eurozona sigue bloqueado

9 octubre, 2019 21:51

Luxemburgo, 9 oct (EFECOM).- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) siguen divididos sobre quién debería financiar el futuro presupuesto para la eurozona, con países como España pujando por que la iniciativa no acabe aguada del todo por las reticencias de otros, como Holanda o los nórdicos, a contribuir.

La brecha apunta a que las negociaciones de este miércoles en Luxemburgo se prolonguen bien entrada la noche, como ocurrió ya en junio cuando los ministros lograron el acuerdo que sentó las bases de este instrumento, y sin garantías de amanecer con un consenso, según fuentes europeas.

Desde que la UE se abrió en diciembre pasado a trabajar en este embrión de presupuesto, que estará muy lejos del bazoka de varios puntos del PIB que proponía inicialmente el presidente francés Emmanuel Macron, los ministros han avanzado solo con pequeños pasos y acuerdos de mínimos.

En junio se decidió que servirá para financiar programas de reformas e inversiones propuestos por los Estados de la eurozona que tengan por objetivo mejorar la competitividad y la convergencia entre países.

Se dejó de lado, sin embargo, la posibilidad de convertirlo en un auténtico fondo anti-crisis que permita estabilizar la economía de los países que atraviesen dificultades.

Además quedó claro que será un instrumento específico para los países del euro, aunque se enmarcará en el presupuesto plurianual 2021-2027 de toda la Unión Europea.

Sin embargo los ministros dejaron abiertas dos cuestiones clave: qué volumen tendrá y de dónde saldrán exactamente los fondos. La primera se decidirá dentro de la negociación del presupuesto plurianual comunitario, mientras que la segunda debería cerrarse esta noche.

El principal contencioso reside en que Francia y Alemania abogan por que los países del euro aporten fondos adicionales, con el fin de que pueda aumentar su tamaño en el futuro. Sin embargo, Holanda y los nórdicos, especialmente los que no comparten la moneda única, recelan de cualquier medida que suponga darle más envergadura.

"Hay muchas opiniones diferentes. Para nosotros es importante que sea un instrumento solo para los países de la eurozona y los que no estamos participando no deberíamos pagar", dijo la ministra de Finanzas sueca, Magdalena Andersson.

Su homólogo holandés, Wopje Hoekstra, señaló que quiere asegurar que se pone el foco en las reformas y se introducen condiciones para acceder a los fondos.

En el lado opuesto, España peleará por que no se diluya el proyecto y se incluyan elementos que permitan que actúe cuando se atraviesen dificultades, aunque inicialmente no tenga ni el volumen ni la capacidad estabilizadora que quería el Gobierno.

La ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, explicó que una de las opciones es modular la tasa de cofinanciación que tendrán que aportar los países beneficiarios del fondo.

El borrador sobre la mesa contempla esta posibilidad, pero queda por definir si las capitales podrán tener esta reducción cuando atraviesen momentos de crisis y en qué condiciones.

Otra opción sería la posibilidad de crear un colchón dentro de estos fondos reservado para crisis.

El objetivo del presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, y la voluntad entre la mayoría de los ministros es que así sea, pero no hay una urgencia real, con lo que podrían optar por continuar el debate en noviembre, apuntan varias fuentes.