Alberto Cabanes, fundador de Adopta Un Abuelo, junto a su 'abuelo' adoptivo.

Alberto Cabanes, fundador de Adopta Un Abuelo, junto a su 'abuelo' adoptivo. Cedida

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El manchego que adoptó un abuelo y consiguió que miles de personas le imitasen: "Los mayores deberían ser eternos"

La iniciativa de Alberto Cabanes cuenta con más de 250.000 voluntarios registrados que acompañan a ancianos en 50 ciudades de toda España. 

15 abril, 2024 01:14

Alberto Cabanes (Ciudad Real, 1988) estaba un día visitando a su abuelo Clemente en la residencia en la que vivía en la capital manchega. Allí, de manera fortuita, conoció a Bernardo, un "abuelo viudo y sin descendencia", como lo define, que le confesó su mayor deseo: tener un nieto. Cabanes lo tuvo claro: "Le dije que yo lo adoptaba, que no se preocupara".

Era 2013 y lo último que pensó el joven en aquel momento era que en una década su gesto sería replicado por miles de personas en más de 50 ciudades españolas. En estos años ha conseguido que su pasión, las personas mayores, se convierta en su vocación. Y todo porque, tras observar "en la residencia, en el supermercado, en el parque o en la calle" que Bernardo no era el único que "necesitaba compañía", decidió conectar a su amiga Verónica con Rosario, "su primera adopción" formal.

Porque, explica a ENCLAVE ODS, le apasionan las personas mayores porque se crio con sus abuelos, Clemente y Pilar. Y desde bien pequeño supo que "son una fuente de sabiduría y una riqueza viva que tenemos en nuestro país" y que, por desgracia, se desperdicia, "se deja de lado".

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Por eso, hace diez años estaba seguro de su pasión: montó su web, adoptaunabuelo.org, y se lanzó como emprendedor a un camino que le llevaría a ser nombrado '30Under30' por Forbes o a que LinkedIn le incluya en su programa de influencers junto a Pau Gasol o Ana Botín. Este año, además, fue finalista en los Premios Princesa de Girona Sociales.

"Nunca hubiese dicho que mi carrera iba a ser el sector social", confiesa. Pero así lo hizo y, poco a poco, más y más gente fue registrándose en su página web para acompañar a los mayores de su ciudad (hasta llegar a 250.000) y más y más ancianos fueron abandonando, al menos durante un ratito, esa soledad que se había instaurado en sus vidas. 

Su proyecto, dice Cabanes, cogió "carrerilla" en un "momento histórico" en el que se empezó a visibilizar "la soledad no deseada", en el que "empezamos, como sociedad, a reconocer a nuestros abuelos". Ahora, asegura, son cada vez más los jóvenes que quieres compartir su tiempo con aquellos que están solos, "hacerles compañía". 

"Ningún abuelo sin nieto adoptivo"

Este manchego sueña, además, con que su proyecto crezca hasta que no haya ningún abuelo sin nieto adoptivo. "Las personas mayores deberían ser eternas", recuerda. Porque, dice, son "un tesoro vivo lleno de sabiduría y valores". E insiste que adoptar a un mayor al final "es como hacer un máster acelerado de vida".

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Reconoce que eso es lo que más le sorprende a los voluntarios que se registran en su web: "En cada reunión, cada vez que estás con ellos, sacas muchísimo", indica Cabanes. Y matiza que no solo porque sean mayores, sino porque "tienen ganas de compartir, son fuentes de sabiduría que quieren contarte sus cosas". 

Porque, como dice este manchego, sus "abuelos en adopción" saben esas cosas que "ni Google ni Wikipedia te saben decir". Aunque, asegura, no solo eso es lo más llamativo de su proyecto: "Ningún voluntario se espera el vínculo que se va a crear, que va a surgir", dice. Porque, recuerda, la misión de su organización no es otra que "crear experiencias transformadoras conectando generaciones". Y en esas conexiones surge la magia, surge una relación que dura toda la vida.