Akie Abe, derrumbada a la salida del velatorio a su esposa, Shinzo Abe.

Akie Abe, derrumbada a la salida del velatorio a su esposa, Shinzo Abe.

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Akie Abe, la esposa del ex primer ministro japonés asesinado, devastada en su último adiós

Shinzo Abe fue abatido a tiros por el exmilitar Tetsuya Yamagami. El político sufrió una parada cardiorrespiratoria y murió en el hospital el 8 de julio.

11 julio, 2022 14:14

Desde el pasado viernes, 8 de julio, Japón está de luto por el asesinato a tiros del ex primer ministro Shinzo Abe. El político fue abatido por la espalda por Tetsuya Yamagami, un exmiembro del ejército, mientras ofrecía un discurso de cara a las elecciones parlamentarias del domingo. Cuando los proyectiles alcanzaron una de las arterias vitales del líder del Partido Liberal Democrático, sufrió una parada cardiorrespiratoria y murió poco después en el hospital. Tras su muerte, la sociedad alzó la voz en repulsa por el acto del exmilitar, mientras su viuda, Akie (60), llora aún su inesperada pérdida.

Fue el sábado, 9 de julio, tras practicarle la autopsia y llevar a cabo varios arduos procedimientos, cuando el cuerpo de Shinzo Abe pudo ser trasladado a su residencia. Desde Nara, ciudad en la que tuvo lugar el ataque, hasta su domicilio en el barrio tokiota de Shibuya, los restos del ex primer ministro fueron transportados en coche. En el mismo vehículo, de pasajera, iba la esposa del fallecido.

Una vez en su hogar, tuvo lugar un velatorio, al que han acudido decenas de representantes del país, y que ha durado hasta este lunes a primera hora. Este 11 de julio, Akie Abe volvía a subirse al oscuro coche para trasladar el cuerpo de su esposo al Templo Zojoji, donde descansará.

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Akie Abe, con semblante triste camino al funeral de su esposo.

Akie Abe, con semblante triste camino al funeral de su esposo. Gtres

Este majestuoso lugar es un centro religioso donde descansan seis señores de la guerra Tokugawa que gobernaron la nación. Dispone de un espectacular mausoleo y a la entrada llama la atención su puerta en color rojo intenso que tiene el nombre de Sangedatsumon. Se trata de un lugar solo apto para líderes y figuras de relevancia que hayan aportado un gran valor a Japón.

Allí, Akie Abe dará el último adiós al que durante 35 años ha sido su fiel compañero de vida. Desde que sellaron su amor en 1987, siempre dieron muestras de su unión inquebrantable, a pesar de las críticas de algunos sectores. Y es que el perfil profesional y personal de la mujer de Shinzo nada tiene que ver con la que han tenido las primeras damas en Japón durante siglos.

El papel que llevaba a cabo Akie causó toda una revolución cuando en diciembre de 2012 su marido se convirtió en primer ministro, un puesto que no abandonó hasta septiembre de 2020. Durante todo ese tiempo, su esposa demostró ser una mujer con voz y rebeldía activista

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La posición que tomó Akie fue contraria a la que hasta el momento habían tenido las primeras damas niponas, ella no posaba en silencio, ella hablaba alto y claro, y no se mostraba fría con su marido en los actos públicos, al contrario, le cogía de la mano. Además, también se oponía a varias de las ideas políticas de su esposo, y lo hacía de manera abierta, sin ocultar que podía pensar diferente a su marido.

Shinzo y Akie Abe se mostraban inseparables en los actos públicos, con gestos de cariño que nunca se habían visto en líderes japoneses.

Shinzo y Akie Abe se mostraban inseparables en los actos públicos, con gestos de cariño que nunca se habían visto en líderes japoneses. Gtres

Akie llevó a cabo su labor poniendo por bandera su libertad como mujer independiente y con opiniones propias. Tanto es así que durante el mandato de su esposo no dudó en salir a defender al colectivo LGTBIQ+, así como el polémico uso terapéutico de la marihuana. De igual forma, su fotografía conduciendo su propio coche para llegar a los actos políticos también copó durante años las portadas de los periódicos locales.

Esta actitud de la viuda de Abe se debe a que su experiencia vital y profesional no ha tenido límites. Trabajó como Dj en una cadena de radio y también se ganó el sueldo en el mundo de la publicidad. Además, se introdujo en el ambiente hostelero, creando su propia taberna. Son todas experiencias muy diversas que muestran su carácter emprendedor y de curiosidad constante, motivos por los que como primera dama no podía quedarse callada y decidió involucrarse en los casos como una ciudadana más. Y siempre del brazo de su marido, al que estos días ha tenido que despedir de forma abrupta.