Opinión

Destinos imposibles

En Ibiza muchos trabajadores se ven obligados a vivir en sus coches porque no pueden pagar una habitación.

En Ibiza muchos trabajadores se ven obligados a vivir en sus coches porque no pueden pagar una habitación.

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Una nueva promoción de funcionarios nacionales recibe destino. Los afortunados que han sido asignados a destinos de costa se encuentran una situación a su llegada que no aparecía en el temario de la oposición.

Ibiza, por ejemplo. Ya conscientes de que los salarios de los privilegiados funcionarios en rara ocasión superan los 1.500 euros y que una triste habitación en la que dormir en esta isla sale por unos 2.000 euros al mes, parece que las cuentas no cuadran.

Muchos de estos trabajadores públicos se ven obligados a dormir en sus vehículos durante la época estival, otros comunicarán bajas médicas provocadas por una situación que física y psicológicamente es insoportable.

Esta situación límite contrasta con los privilegios que, dentro de la misma rama de la función pública, ostentan algunos de sus superiores jerárquicos. Estos llegan a ese mismo destino con grandes, lujosas y gratuitas viviendas asignadas. No sólo sus salarios multiplican por tres al de sus inferiores, sino que además gozan de privilegios injustificados (vivienda, coche, conductor, etc), que provocan la más profunda de las indignaciones a quienes ven con resignación que no pueden procurarse un techo.

La jerarquización de ciertas ramas de la función pública se justifica en la responsabilidad retribuida jamás en los privilegios arbitrarios.