Por Juan Fernando Ramón Sánchez
En plena campaña electoral y como si de un mantra se tratase, se repite machaconamente la palabra cambio. Algunos partidos políticos se atribuyen la posibilidad de cambio, ofreciéndose como única alternativa. Pero fue Lampedusa quien nos advirtió en el Gatopardo que si queríamos que todo siguiera como está, era necesario que todo cambiara. Y así podemos percatarnos que en nuestra historia democrática, aunque se han producido cambios, todo sigue igual.
Uno de los cambios que aún no ha llegado ha sido el de contar con una mujer como Presidenta del Gobierno, resultando esta circunstancia al menos curiosa, ya que todos los partidos políticos coinciden en la lucha contra la desigualdad de género. Esta situación nos recuerda a la Dama de Hierro, quien afirmaba que cuando quería que algo se dijera se lo pedía a un hombre y que cuando quería que algo se hiciera se lo pedía a una mujer. Sólo cuando llegue el día en que contemos con una mujer como Presidenta del Gobierno, podremos decir que algo ha cambiado.