El deseo de lo inalcanzable: Qué esperamos de una cita emocionante

El deseo de lo inalcanzable: Qué esperamos de una cita emocionante Julia Ramírez

La tribuna

El deseo de lo inalcanzable: Qué esperamos de una cita emocionante

El encuentro más esperado es el que se presenta como algo excepcional: de eso no cabe duda.

23 marzo, 2024 01:59

El otro día disfruté de un tiempo para mí misma en soledad, como si fuera una adolescente en su primera cita. Iba nerviosa y excitada caminando por las calles parisinas, pensando en que iba a almorzar sola en el primer sitio estupendo con el que me topara corrigiendo las galeradas de mi próxima novela.

Fueron unas horas inolvidables en el Café Lapérouse, mientras sentía el verdadero placer del silencio, la desconexión y la relajación de estar conmigo misma.

Iba a sentarme a escribir lo feliz que estaba, pudiendo estar a solas en un sitio maravilloso y de repente, me sentí presa de mi debilidad. Estaba cometiendo un error, provocado probablemente por mi situación de estrés de los últimos meses.

No me gusta nada ser injusta. Pensé en la cantidad de personas que sufren por la soledad y me pareció una frivolidad utilizar este espacio para alardear de la única posibilidad de los últimos meses de poder apartarme del móvil y estar sin trabajar, sin compañía y sin marcarme más responsabilidad que la del propio disfrute.

Consulté la web del Observatorio Estatal de la Soledad no deseada y por los datos, estaba en lo cierto. En España, las cifras de 2023 apuntan que el 13,4% de las personas sufren soledad no deseada y que afecta más a las mujeres (14,8%) que a los hombres (12,1%). 

Además, para muchos no es una sensación pasajera o una circunstancia estacional en la vida. Las personas que sufren la soledad no deseada tienen este sentimiento desde hace unos seis años de media.

Las cifras son escalofriantes. La soledad no deseada tiene un coste económico anual en España de 14.141 millones de euros e implica la pérdida de 1 millón anual de AVAC, que es el acrónimo con el que se denomina los años de vida en buena salud.

Por eso, para muchos el mejor plan es una cita agradable con alguien para poder hablar, sin más pretensiones que escuchar, compartir y sonreír, reír o emocionarse.

Un beso, una caricia, un abrazo, una broma, una confidencia o una mirada bonita son momentos fabulosos de esos que pueden abrigar el corazón y hasta colarse en la memoria para instalarse allí. ¿Quién no tiene recuerdos fabulosos con ese tinte de sencillez que con el paso de los años se viste de nostalgia irremediable?

Siempre se desea lo que no se puede tener. Y por eso, yo, caprichosa, me lancé a las calles de París a que el aire me diera en la cara, con el móvil aparcado en algún lugar del bolso y disfrutando de lo que últimamente no podía tener, algo de tiempo para mí.

Así que pensándolo mejor, he cambiado mi mensaje de hoy: quería desearos que tuvierais una cita con vosotras mismas, planeándola con cuidado y sintiendo los beneficios de la soledad deseada por unas horas.

Cambio de planes para desearos que tengáis una cita maravillosa con quien deseéis, pero no os tachéis de vuestra lista de deseos: puede ser que el mejor encuentro sea el que tengáis con vosotras mismas.

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