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Tecnología

El fin de Whatsapp ha llegado, ¿por qué sus alternativas son mejores?

2 febrero, 2012 15:18

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Hace no mucho que os hablábamos de una nueva alternativa que aparecía en el horizonte de mano de las operadoras, que uniendo esfuerzos han creado el estándar RCS-e, el también conocido como el Whatsapp de las operadoras. Una manera de luchar contra la popular aplicación de mensajería que está haciendo mella en el uso de sms y llamadas. Hoy ha corrido la noticia de que Joyn será el estándar definitivo, pero esto no es seguro.

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Nosotros explicamos a nivel general cuales eran las funciones, sin llegar a concretar demasiado básicamente porque tampoco disponíamos de más información al respecto. Comentábamos también que llegaba algo tarde si esperaba competir con Whatsapp, que una alternativa “impuesta” no iba a triunfar. Rectificar es de sabios y más conociendo un poco más sobre este estándar y sus posibles aplicaciones además de ser un mero servicio de mensajería. Y hay una startup española pionera que nos acerca un poco más una visión distinta del RCS-e de como lo entendimos en un primer momento.Y es que el estándar RCS-e no es tan simple como en un principio creíamos pensar. Las posibilidades de este estándar van bastante más allá de un servicio de mensajería en el que podemos conversar en grupos y compartir imágenes y vídeos. Las aplicaciones en nuestra vida diaria pueden ser más que interesantes como para que podamos decir que puede cambiar notablemente nuestros hábitos.

El hecho de no tener que descargarnos software específico para el uso de servicios potentes en nuestro móvil, porque ya va integrado en nuestro smartphone ya es un gran avance. La plataforma RCS-e puede ser un puente ideal entre operadora y cliente, y entre empresas y clientes. ¿Porqué? Precisamente por la posibilidad de desarrollar aplicaciones en las que nuestra interacción con el móvil son claves.

Ejemplos puede haber muchos, pensemos en el pago por internet con Paypal por ejemplo. Cuanta seguridad podría añadir que tanto para enviar como para recibir dinero tuviéramos que dar nuestro consentimiento a través de la plataforma RCS-e, con la seguridad que esta aporta. O con nuestro banco y sus transacciones o los pagos con tarjeta. O para suscribirnos a otros servicios, comprar y que sea cargado en la factura de nuestro operador móvil, recibir ofertas personalizadas por hacer check-in.  Hay tantas posibilidades como servicios se puedan desarrollar para esta plataforma. Por ejemplo y para verlo de forma más gráfica, un par de vídeos de las distintas aplicaciones posibles de RCS-e desarrollada por Solaiemes, la empresa española que os comentábamos al inicio:

Podemos ver como cualquier servicio de internet con una API abierta se puede entender perfectamente con RCS-e, y un simple servicio de mensajería se convierte en algo mucho más interesante que sólo enviar y recibir mensajes. Está claro que hay mucho potencial en esta plataforma, pero hay un gran inconveniente que es el obstáculo a salvar por parte de las operadoras y las empresas que quieran sacarle jugo. Hay que conseguir que se adopte este estándar y que los usuarios nos veamos atraídos por los beneficios que nos puede aportar. Para ello tanto operadoras como empresas (como las de los ejemplos) han de trabajar para que la comercialización de estos servicios sea algo útil y una opción inteligente. De lo contrario puede quedar en un nido más de publicidad para incautos y despistados.

¿Y qué significa todo esto para Whatsapp? ¿Cómo nos va a afectar? Bueno, pues las operadoras están cerrando acuerdos con empresas para que una de ellas se lleve el gato al agua y ofrezca los servicios de RCS-e a todos, pero todavía ni está claro quién va a ser ni hay nada oficial. Aunque muchos medios se hayan hecho eco de que Joyn será la definitiva, esto no es seguro, aunque si lo más probable. Lo único que podemos hacer es esperar, y de aquí al MWC de Barcelona a finales de Febrero sabremos con confirmación qué es lo que ocurre.

En principio todo es muy bonito, y si, mejor que Whatsapp. El problema vendrá si las operadoras deciden monetizar el servicio y cobrar al usuario. Entonces no gustará tanto.