De izquierda a derecha, Ángeles, Amelia y Pepe, los tres hermanos hallados muertos en Morata de Tajuña.

De izquierda a derecha, Ángeles, Amelia y Pepe, los tres hermanos hallados muertos en Morata de Tajuña. E. E.

Sociedad

Los enigmas del crimen de Morata: cuerpos apilados, la casa cerrada por dentro y el ataque de un inquilino

Los cuerpos de los hermanos Amelia, Ángeles y Pepe Gutiérrez Ayuso aparecieron el jueves en su casa con signos de violencia. 

19 enero, 2024 02:00
Morata de Tajuña

Los cuerpos sin vida de Amelia, Ángeles y Pepe Gutiérrez Ayuso aparecieron este jueves en su casa de Morata de Tajuña (Madrid). El hallazgo de los tres cadáveres ha traído consigo una importante dosis de misterio, al tiempo que ha sacado a la luz una historia berlanguiana que roza el surrealismo. 

Las dos hermanas llevaban en torno a ocho años siendo víctimas de una estafa que había arruinado a la familia, según han explicado numerosos vecinos y amigos a este periódico.  

Amelia conoció a través de Facebook a una persona que decía ser militar estadounidense destinado en Afganistán. El falso novio de Amelia se llamaba Edward e hizo creer a la mujer que otro militar se había enamorado de Ángeles. Ambas hermanas iniciaron una falsa relación a distancia con los supuestos militares.

Una vez mordido el anzuelo, les hicieron creer que el novio de Ángeles, capitán del ejército, había muerto dejando detrás de sí una herencia de siete millones de euros que querían hacerle llegar a las hermanas a España.

Los estafadores las convencieron de que para hacerles llegar ese dinero debían pagar una serie de servicios, traslados y viajes. Así, llegaron a estafarles "entre 300.000 y 400.000 euros", según explica Enrique, amigo cercano de la familia. 

Collage publicado por Amelia en Facebook que muestra a los tres hermanos y a Edward, abajo a la izquierda.

Collage publicado por Amelia en Facebook que muestra a los tres hermanos y a "Edward", abajo a la izquierda. E.E.

La historia varía ligeramente según quién la cuente. Hay quien habla de familiares en vez de novios, pero los numerosos vecinos consultados coinciden en el grueso del relato: los hermanos habían sido estafados y estaban arruinados. Fruto de esta estafa habían liquidado el generoso patrimonio que habían heredado de sus padres.  

Los tres eran solteros y no tenían hijos. Amelia, la pequeña, había trabajado en un anticuario y "era la que cortaba el bacalao". Ángeles había sido profesora y Pepe, su hermano, tenía discapacidad intelectual y no había trabajado.

Los tres siempre habían vivido juntos. Procedían de un Torre de Juan Abad (Ciudad Real) y vivieron durante varios años en una vivienda de Madrid, en el distrito de Ciudad Lineal. Hace décadas que trasladaron su vivienda a Morata. 

El inquilino pakistaní

Fruto de esta ruina, las hermanas empezaron a pedir dinero a sus conocidos y a contraer deudas. Pidieron hasta al cura del pueblo. Cuando estos no se lo daban, les dejaban de hablar. Perdieron contacto con mucha gente por esta razón. Se iban cerrando cada vez en su círculo y hacían caso omiso a las numerosas voces que les advertían de la estafa en la que estaban cayendo. Ellas, crédulas, seguían enviando más y más dinero a sus estafadores. 

"Me he llevado un gran disgusto. Si esto lo hubiesen parado a tiempo no hubiera pasado", explica María, amiga de los fallecidos, a quien pidieron 3.000 euros en más de una ocasión. Otra vecina asegura que le llegaron a pedir 15.000. 

Exterior de la vivienda donde han hallado los tres cadáveres.

Exterior de la vivienda donde han hallado los tres cadáveres. Jaime Susanna

El año pasado, en medio de esta vorágine, apareció un misterioso personaje en la vida de los hermanos: un hombre pakistaní al que le alquilaron una habitación. "Apareció de la nada", afirma Enrique, el amigo citado. 

Durante varios meses, los hermanos compartieron techo con este personaje al que, supuestamente, también terminaron debiendo dinero. "Unos 60.000 euros". La situación llegó a tal punto que, el verano pasado, este hombre "le dio un martillazo en la cabeza a Amelia". Después de este episodio, desapareció de Morata de Tajuña. Amelia lo denunció ante la Policía Local del pueblo.   

¿Cómo murieron?

¿Y cómo termina esta situación con tres cadáveres? ¿Las muertes están relacionadas con las deudas contraídas? Estas son las preguntas que se afana en responder ahora la Guardia Civil.

Fueron los vecinos quienes dieron el aviso de que los hermanos estaban desaparecidos, al llevar un tiempo sin verles. "Aquí en un pueblo todo el mundo nos conocemos y cuando alguien no va a comprar el pan tal día, nos preocupamos por ello", ha explicado el alcalde de la localidad, Fernando Villalaín, a los medios de comunicación.  

Ha sido entonces cuando el Consistorio, junto con la Policía Local, han puesto en marcha el protocolo para entrar en la casa, con la esperanza de que no estuvieran allí y se encontraran de viaje. "Ha sido una verdadera sorpresa", ha señalado el alcalde.

Los tres cuerpos han sido encontrados apilados, con restos de sangre y parcialmente quemados sobre las 11:30 horas por los efectivos de Policía Judicial de Arganda del Rey de la Guardia Civil, según han informado fuentes del cuerpo a EFE. La casa estaba cerrada por dentro y los agentes han tenido que usar una escalera para entrar.

La hipótesis que más fuerza cobra es un crimen por un ajuste de cuentas, fruto de las deudas contraídas por los hermanos. Otra hipótesis que barajan los investigadores -y que resulta menos probable según se conocen más detalles del caso- es la de un suicidio colectivo. 

Hacia las 19 de la tarde del jueves, la Guardia Civil ha procedido a levantar los cadáveres, que han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. La autopsia arrojará algo de luz sobre este misterioso caso que ha conmocionado a Morata de Tajuña.