La guerra en Ucrania ha movido muchas piezas en la geopolítica y estos bailes con implicaciones (y motivaciones) económicas siempre tienen su reflejo en Bolsa. El papel de España en esta danza internacional no ha sido fácil. Se ha podido comprobar con el Gobierno fuera de reuniones de alto nivel entre líderes europeos con Estados Unidos. También cuando se ha tenido que conformar con obtener el reconocimiento de "isla energética" en la UE para poder intervenir el mercado eléctrico en solitario con Portugal.

Sin embargo, en los mercados la coreografía ha sido distinta. Hace tres semanas, una empresa española, Iberdrola, se convertía en la primera eléctrica de Europa al superar a Enel en valor bursátil. Este jueves la empresa que preside Ignacio S. Galán recibió otro premio de los mercados al convertirse en la primera corporación de la Bolsa española y superar a Inditex por capitalización bursátil.

Siendo el último día de Pablo Isla al frente del grupo textil, una primera lectura de este sorpasso se ligó más al periodo que se cierra en Arteixo (Galicia) y al impacto que la guerra de Ucrania está teniendo en el negocio de Inditex (con su actividad comercial en Rusia suspendida) que a la apuesta por la energía renovable de Iberdrola.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

La guerra y la inflación han supuesto un impasse en la apuesta por lo 'verde' en Europa. Alemania ha optado por quemar carbón y Francia ha sido alabada por su apuesta nuclear dentro del afán político europeo por reducir como sea la dependencia del gas ruso. Sin embargo, los inversores no lo ven así.

Larry Fink (BlackRock) se posicionó hace unos días anunciando el fin de la globalización tal y como lo entendemos. Algo que en materia energía obliga a revaluar la dependencia en suministros y materias primas de muchos países.

Fink -que es realista- reconoció que la guerra de Ucrania va a retrasar la transición verde. Pero advirtió que a largo plazo la transición energética es inevitable. Pasaremos del "marrón al marrón claro al verde claro y al verde".

Es en esta visión -compartida por el resto del mercado- donde encaja el ascenso bursátil que ha experimentado Iberdrola desde el inicio de la invasión.

La empresa vasca lleva décadas dedicada a la geoestrategia y el diseño de su expansión internacional ha sido una de las claves en las valoraciones de los analistas para colocarla por delante de Enel. La otra es su apuesta por lo verde y la sostenibilidad.

Desbancar al grupo que preside Francesco Starace del podio bursátil europeo ha costado seis años. Llegar a la cúspide del Ibex décadas, puesto que es la primera vez que lo consigue. Y por ello, no se puede pasar por encima el detalle de que haya sido precisamente ahora el momento de dar ese salto.

2022 no arrancó con euforia para la Bolsa española. La tensión internacional y los últimos coletazos de ómicron arrastraron al Ibex 35 hasta el 24 de febrero, cuando se produjo el golpe final.

Desde que Rusia invadió Ucrania y Occidente respondió con sanciones, Iberdrola ha aumentado su valor bursátil un 5%

Sin embargo, desde esa fecha en la que Rusia decidió invadir Ucrania y Occidente respondió con sus sanciones, Iberdrola ha aumentado su valor bursátil un 5,2%. En el otro lado, han sido semanas de castigo para Inditex (-15%) y también para Enel (-0,6%).

Es un premio bursátil que se puede achacar al mapa diseñado por la compañía para diversificar su negocio y entrar en mercados atractivos como Estados Unidos, Brasil o Escocia. Pero también, a su apuesta por las energías renovables y por la descarbonización.

Porque la situación doméstica no ha sido sencilla para el sector con el debate reabierto de los llamados 'beneficios caídos del cielo' -que las eléctricas niegan- y con las dudas que rodean la inminente intervención del 'mercado ibérico'.

Que los inversores premien a Iberdrola por su gran apuesta por las dos primeras letras dentro de los criterios del ESG (ASG en español, Ambiental, Social y Gobernanza) es una muestra de que la sostenibilidad del planeta va a seguir muy presente en los criterios de inversión. Por mucho que esto pese a las grandes economías que exportan gas y petróleo, como es el caso de Rusia.