Cuenta una conocida figura sénior de la banca de inversión que en el listado de movimientos corporativos que lleva a sus espaldas no recuerda una operación en España que haya generado tanta actividad entre bambalinas como la OPA parcial de IFM sobre Naturgy. "Ha habido llamadas, disparos... La gente está muy tensionada con esta operación", reconoce en privado.

Esta semana termina el plazo de aceptación de la oferta de los australianos sobre Naturgy y no está claro lo que pasará a partir del próximo viernes. El último 'hachazo' de Teresa Ribera a las eléctricas no ha ayudado mucho al equipo de managers que encabeza Francisco Reynés en la defensa de su 'no' a IFM. Desde que se celebró el Consejo de Ministros con el que se quiso poner fin a los 'beneficios extraordinarios de las eléctricas', Iberdrola ha perdido en Bolsa más de un 17% y Endesa cerca de un 10%.

Y pese las aclaraciones de la vicepresidenta sobre el impacto limitado de esas medidas a proyectos verdes que hayan tenido mayores ingresos como consecuencia de la subida del gas, empresas de renovables, como Solaria, también registran pérdidas superiores al 9% en este tiempo.

Francisco Reynés y Jaime Siles.

Sin embargo, Naturgy mantiene prácticamente intacto su valor bursátil desde ese martes 14 de septiembre y está en 21,7 euros. Parece evidente que es gracias a la oferta de IFM, así que es posible que la acción estuviera por encima de los 22,07 euros que ofrece el fondo de no haber sido por ese recorte, que va a impactar en los dividendos del sector.

Este tema es importante, ya que con la mirada en el horizonte, va a hacer un flaco favor a los intereses de Isidro Fainé en Naturgy. En su esencia, los objetivos de Criteria están alineados con los del Gobierno por el deseo común de blindar la españolidad de Naturgy como empresa estratégica, pero en el medio plazo, se vislumbra la colisión.

La importancia de contar con una gestión en Naturgy que comparta los propósitos del Estado español quedó clara en el viaje que hizo Reynés con el ministro José Manuel Albares a Argel el pasado jueves.

Sin embargo, no ha contado el Gobierno de Pedro Sánchez con que con menos dividendos, el interés de Fainé por permanecer en Naturgy no va a ser tan entusiasta como el que ha mostrado en los últimos meses. No olvidemos que el fin de Criteria es lograr ingresos para financiar el proyecto de la Obra Social. Y por ello, su estrategia se centra en compañías con buena retribución al accionista, como ha sido Naturgy hasta la fecha.

"No ha contado el Gobierno con que sin dividendos, el interés de Fainé por permanecer en Naturgy no va a ser tan entusiasta"

En este contexto, quizás no sea casual la guerra por el dividendo que ha protagonizado el último acto de la batalla de los australianos por desembarcar en Naturgy. IFM ha querido demostrar en estos meses que es un inversor 'friendly' (amistoso) para el Gobierno. Incluso ha dicho que no le importa sacrificar la política de dividendos "el tiempo que sea necesario" para apoyar así un crecimiento sostenible de la compañía.

Son declaraciones sorprendentes de quien todavía no ha aterrizado en una empresa que el pasado verano presentó un nuevo plan estratégico con una política de retribución al accionista aprobada por unanimidad y que -en todo caso- ya contemplaba una rebaja. Pero, en cualquier caso, esa postura de quien aspira a entrar en el consejo de Naturgy no parece compatible con las necesidades de la Obra Social de la Caixa. 

Los titulares que ha acaparado la guerra por el dividendo nos despista de lo que debemos atender estos días: si conseguirán la aceptación suficiente para sacar adelante su OPA.

Jaime Siles, responsable de IFM en España, se paseó la pasada semana por varios medios de comunicación para trasladar su convencimiento de que conseguirán el 17% que se han marcado como objetivo para entrar en el consejo de Naturgy con dos sillones. Parece que el 22,69% que se habían fijado como meta máxima ya está descartado ante el rechazo de los gestores de la gasista a la oferta.

Francisco Reynés, Teresa Ribera, José Manuel Albares, Isidro Fainé y Jaime Siles.

En esta operación, Siles ha estado asesorado por Credit Suisse y BNP Paribas, mientas que Reynés se ha rodeado del equipo de Citi y Freshfields.

Fuentes próximas al australiano consideran que el éxito de la OPA está garantizado, como lo demuestra el precio de la acción, que se desplomaría más de un 10% si el fondo se retirara. 

Es una visión muy financiera de una operación que ante el deseo de los accionistas de referencia de permanecer en el capital, depende en una parte muy importante del sentimiento de los minoritarios, algo que no siempre casa con la visión de las elites financieras.

Conscientes de ello, en el entorno de IFM tampoco descartan que el fondo tenga que apañarse no ya con el 17% que dicen en público, sino con una aceptación del 10% -también contemplada en el Folleto de la operación-.

Esto les permitiría entrar en el consejo de la compañía con un sillón. Por debajo de ese umbral, la OPA parcial no tendría viabilidad porque para que el fondo pueda conseguir la financiación necesaria para entrar en Naturgy necesita garantizar a sus acreedores que tendrá mano en la gestión con voz en el consejo.

La decisión final está en manos de los minoritarios de aquí al 8 de octubre y algunos fondos institucionales a los que se está intentando movilizar con la ayuda del proxy solicitor Georgeson. Y es posible que tengamos que esperar más allá del próximo lunes para saber el desenlace de la OPA, dado que Iberclear (el depositario de valores español) y la CNMV necesitan tiempo para contabilizar los votos.

De momento, si de algo ha servido esta larga operación es para lanzar un mensaje al mercado de que en España se pelea por los activos estratégicos, algo que ha permitido ganar tiempo a muchas otras empresas del Ibex 35 que han temido en los últimos meses de pandemia verse envueltas en una OPA a un "precio razonable" (dicho por Citi) pero inconveniente para la estrategia, como la de Naturgy.

ATENTOS A...

España no es el único país que tiene a su sector inmobiliario en vilo por los vaivenes de la política. Coincidiendo con las elecciones alemanas, los habitantes de Berlín votaron en una consulta no vinculante a favor de expropiar a grandes empresas inmobiliarias para frenar el precio de los alquileres.

El socialdemócrata Scholz y el conservador Laschet.

Sin embargo, al mismo tiempo, del resultado que ha salido de las urnas para elegir Gobierno se desprende que no habrá experimentos a nivel nacional con la vivienda. Así lo ha asegurado ya Goldman Sachs en un informe en el que reconocen que la incertidumbre sobre el mercado inmobiliario permanecerá mientras Olaf Scholz y Armin Laschet negocien sus coaliciones, pero con el mal resultado del partido de izquierdas Die Linke parece despejado el camino para la seguridad jurídica en el Real Estate.