No está siendo fácil el primer año de Marta Álvarez como presidenta de El Corte Inglés. La toma de mando de la primera mujer en dirigir el destino de la empresa que más empleados tiene en este país se ha visto marcada, de manera inesperada, por la peor crisis sanitaria y económica de la historia reciente de España.

Fue en junio del pasado año, cuando el consejo de administración del gigante de los grandes almacenes decidió nombrar a la hija de Isidoro Álvarez como presidenta de la compañía en sustitución de Jesús Nuño de la Rosa. Un nombramiento que se ejecutó en julio, cuando tomó posesión de su cargo, hace menos de 10 meses. 

La crisis del coronavirus está siendo un bautismo de fuego para Álvarez, una mujer sin experiencia previa en la más alta gestión, aunque licenciada en Derecho, formada en Historia del Arte en Reino Unido y buena conocedora del grupo en el que trabajó antes de ascender a la cúpula.

En la respuesta que la cadena de grandes almacenes ha dado en este contexto excepcional se esconde la huella de la presidenta en sus tres ámbitos clave: el de la responsabilidad social, el financiero y el operativo.

En el primero de esos puntos, El Corte Inglés ha figurado entre las empresas más activas en las donaciones a instituciones públicas y distintas ONG. Conocida ha sido la puesta a disposición de la Comunidad de Madrid del Hotel Ayre de Colón -de propiedad de los grandes almacenes, compartida con Palladium Hotel Group-, que fue el primero en ser medicalizado.

Un gesto que se completó con donaciones de ropa de cama al hospital de Ifema, entre otros, y que le valió el agradecimiento público de Isabel Díaz Ayuso a través de su cuenta de Twitter.

Cuentan en su entorno que también Quim Torra llamó a la presidenta de El Corte Inglés en un tono muy cordial para agradecerle, entre otros, la donación de 150.000 mascarillas a la Generalitat procedentes de donaciones de sus proveedores de China.

La cadena de grandes almacenes ha colaborado con todo tipo de instituciones públicas a lo largo del territorio nacional sin mirar colores políticos. Fue de las primeras empresas del textil que habilitó sus talleres de costura en Madrid para fabricar mascarillas y, además, ha cerrado numerosas donaciones de alimentos y productos de primera necesidad a través de ONG para colectivos vulnerables.

También puso a disposición de las autoridades sanitarias españolas sus oficinas en China -que Álvarez visita periódicamente- y sus contactos con su red de proveedores en el país asiático.

Víctor del Pozo, Al Thani, Ana de Armas, Marta Álvarez y Nuño de la Rosa.

Todo ello mientras tomaba decisiones complicadas para su plantilla. Con cerca de 90.000 empleados, El Corte Inglés ha anunciado dos ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) a lo largo de este confinamiento que afectan a unos 25.900 empleados, incluidos los afectados de la división de Viajes y de las tiendas de Sfera. Buena parte de ellos, unos 13.000, vuelven este lunes a trabajar.

Cuentan fuentes de su entorno que para la presidenta de El Corte Inglés no fue sencilla esta decisión y que partió de ella compensar a todos esos trabajadores con hasta el 100% del salario habitual (sin incluir comisiones de venta). 

Los costes salariales son desde hace años un quebradero de cabeza para la cadena de grandes almacenes y a lo largo del último año se han puesto sobre la mesa de la presidenta distintas opciones para afrontar esta partida presupuestaria. Una de ellas fue drástica: un recorte de hasta el 10% del salario de todos los trabajadores de la empresa.

Según fuentes solventes, Álvarez rechazó esa propuesta y a cambio trasladó un recorte equivalente a la remuneración de los accionistas del grupo, entre los que figura el jeque Al Thani, que tenía marcado este año como posible ventana de salida de la empresa española.

La pandemia ha alterado todas las agendas, incluida la del magnate catarí, pero lo cierto es que la situación financiera del grupo es hoy mucho más sólida que la del año en el que Dimas Gimeno fue cesado de su cargo.

Pese a que las agencias de calificación colocaron en 'vigilancia negativa' el rating del grupo por la crisis del coronavirus, la empresa de grandes almacenes ha logrado salir al mercado hasta en siete ocasiones durante la pandemia en las que ha colocado en pagarés del MARF más de 250 millones de euros a unos tipos de entre el 0% y el 0,3%.

Además, la compañía firmó una línea de liquidez con un grupo de bancos nacionales e internacionales por 1.311 millones de euros en las primeras semanas del confinamiento para blindarse ante el desplome de las ventas, que en una pequeña parte se ha visto compensado con el aumento del negocio de sus supermercados. 

Sin embargo, la empresa ha necesitado más munición para capear este temporal en el que por fuerza mayor se han cerrado todos los grandes almacenes. Así que el equipo financiero de la presidenta y el consejero delegado, Víctor del Pozo, han tenido que ingeniar otras alternativas 'no convencionales' para ganar tiempo.

Ha sido el caso de la decisión de proponer a todos sus proveedores nacionales el pago de un 10% de lo que se les debe en tarjetas regalo de El Corte Inglés, algo que habría generado cierto malestar en algunas de las empresas que han tenido que aceptar este método de pago, pero que permite a la compañía ganar oxígeno en un momento crítico para todas las empresas españolas.

Siempre discreta, Álvarez ha preferido mantener un perfil público bajo a lo largo de esta crisis, pero afronta ahora la recta final de su primer año de mandato con la vista puesta en la junta de accionistas que el grupo celebrará previsiblemente a finales de verano.

Con la campaña Defiende tu primavera, que protagoniza la conocida actriz Ana de Armas -con la que el grupo ha recuperado la tradición de recurrir a un rostro conocido del cine, que había sido sustituida por la de contratar modelos en los últimos años-, la presidenta espera compensar parte de las ventas en textil que ha perdido entre marzo y abril. 

Después de años de guerras familiares cada vez más enterradas y con un liderazgo puesto a prueba con fuego real, Álvarez irá a esa cita amparada por numerosos informes de reputación en los que la compañía ha escalado a los primeros puestos de las empresas españolas por su actuación en estas últimas 10 semanas. Pero también con asuntos pendientes, como el impulso a su plan de desinversión en activos inmobiliarios que ha quedado congelado por el Covid.

ATENTOS A...

La Unión Europea afronta esta semana la recta final para preparar el acceso a los mecanismos que ha habilitado para ayudar a los países que necesiten ayuda para afrontar la crisis del coronavirus. El Gobierno de España tiene previsto pedir acceso a algunos de estos fondos, como los que repartirá el destinado al empleo llamado SURE.

Nadia Calviño y Carlos San Basilio.

Pero, de momento, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no quiere ni hablar de pedir ayuda al MEDE. Confía en que solo con la existencia de esos paraguas europeos, la prima de riesgo estará blindada tres meses y que en ese tiempo habrá que trabajar para poder pasar el próximo año y medio sin necesidad de acudir a un fondo que podría acabar estigmatizando a España en los mercados.

El secretario del Tesoro, Carlos San Basilio, ya tiene preparada la estrategia para cerrar el año con una emisión neta de 130.000 millones de euros, cuantía nunca vista hasta la fecha. En Economía, se confía en cerrar 2020 con garantías. El problema puede venir cuando toque colocar las emisiones de 2021.