Tres amigos y una idea: distribuir material sanitario necesario para combatir la Covid-19. Así nació, en plena pandemia, Rypo. Una empresa que actualmente emplea a ocho personas y que en 2020 ha conseguido facturar 24 millones de euros.

Fue volviendo de un viaje cuando a Gonzalo Díaz, asturiano y CEO de Rypo, se le encendió la bombilla. “Ya en España, en el aeropuerto, vimos a varias personas utilizando mascarilla y le dije a uno de mis socios que ahí había negocio y que, además, podíamos llevar a cabo una labor social importante”. Solo tres días después de esa conversación entró en vigor el estado de alarma y estos tres amigos se pusieron manos a la obra.

El inicio de Rypo estuvo lleno de incertidumbre. “Teníamos miedo de que nos pudieran requisar los productos que traíamos desde China. Habíamos hecho grandes inversiones y teníamos clientes que confiaban en nosotros”. Sin embargo, la suerte estaba de su lado y pudieron cumplir con los pedidos.

Varias personas descargando material sanitario de Rypo de un avión.

Los mayores proveedores de material sanitario están en China. Un mercado en el que Gonzalo Díaz tiene experiencia y contactos debido a su experiencia previa. Y desde este país comenzaron a importar mascarillas, guantes, cubrezapatos, etc.

Sin embargo, no fue un trabajo fácil. “En China las normas cambiaban cada poco tiempo, sobre todo con el tema de los etiquetados de los productos”. Y no solo eso, Rypo se enfrentó al reto de precios de transporte desorbitados y aviones colapsados.

Pero no solo han traído material desde China. También llegaron a un acuerdo de colaboración con una empresa española fabricante de geles hidroalcohólicos.

El ritmo al inicio de la pandemia fue frenético: “Trabajábamos hasta 18 horas diarias debido a la escasez de materiales”, ha dicho Díaz. Ahora, esto ha cambiado. “Las cuantías en cuanto a pedidos no son tan grandes y el mercado se ha estabilizado”.

Cajas con material sanitario.

Para garantizar esa calidad de los productos importados, Rypo realiza una triple verificación. En primer lugar, se lleva a cabo una supervisión en origen, es decir, en China. “Lo hacemos antes de traer los materiales a España”, ha explicado el fundador de la empresa.

Una vez en nuestro país, el técnico de calidad de la compañía hace una segunda revisión. Por último, Rypo envía muestras a Aitex, la Asociación de Investigación de la Industria Textil, que cuenta con su propio laboratorio de certificación.

Las cifras de Rypo

“Fueron meses complicados y de mucho trabajo”, ha reconocido Díaz en una conversación con Invertia. Un trabajo que se ha traducido en la distribución de más de 80 millones de mascarillas; 700.000 cajas de guantes; 100.000 buzos de protección categoría III; 200.000 litros de hidrogel; 4 millones de cubrezapatos, 5 millones de jeringuillas, o 200.000 test rápidos de antígenos, entre otros materiales.

Entre los clientes de Rypo están ministerios como el de Agricultura, Pesca y Alimentación y el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; gobiernos autonómicos como la Junta de Andalucía, la Junta de Castilla y León o la Generalitat Valenciana; ayuntamientos como los de Palencia, Alcobendas o Pozuelo de Alarcón; universidades, así como diversos organismos, compañías privadas y farmacias de toda España. 

El futuro

A pesar de haber nacido en plena pandemia y con el objetivo de importar productos que ayudasen a mitigar la Covid-19, los tres fundadores de Rypo piensan quedarse en el sector.

Según ha confirmado Díaz, la empresa está trabajando para ampliar su gama de productos, con el objetivo de dirigirse principalmente a hospitales. Aunque “vendrán más cosas de las que todavía no puedo hablar”, ha dicho el CEO de Rypo.

“No todos son mascarillas ni EPI, así que seguiremos trabajando para tener una mayor oferta para nuestros clientes”, ha concluido.

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