Trabajar juntos. Colaborar. Estas son las claves que da Jesús Gómez, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), para abordar de una manera más eficiente la pandemia de la Covid-19. Y, precisamente, en su afán de colaboración, los farmacéuticos se han ofrecido a hacer test rápidos de coronavirus y a vacunar frente a la gripe.

A pesar de ello, hay colectivos sanitarios que no están de acuerdo en que los farmacéuticos hagan estas funciones. En esta entrevista concedida a Invertia, Gómez da las razones por las que sí están preparados y habla de la necesidad de gestionar mejor y de una manera más eficaz los recursos con los que cuenta España.

Estos días se está celebrando el Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios. ¿Qué temas se están abordando? ¿Qué conclusiones esperan sacar?

Estamos trabajando para perfeccionar y reforzar todos los servicios que ha dado la farmacia durante la pandemia del coronavirus, como la dispensación o las consultas en farmacia. De hecho, el 35% del trabajo en las boticas se dedica a consultas de salud, lo que ayuda a descongestionar los centros de salud.

También estamos analizando el seguimiento que se hace desde la farmacia a los pacientes crónicos que tienen problemas para conseguir cita en los servicios de salud.

El tema estrella es el abordaje de la Covid-19. Es difícil diferenciar los síntomas de este virus de los de una gripe o un resfriado, por eso tenemos que hilar muy fino y tenemos un plan de formación constatado por sociedades científicas de médicos y farmacéuticos.

La farmacia comunitaria no ha sido un tema de actualidad en esta crisis sanitaria porque ha seguido funcionando perfectamente gracias al sobreesfuerzo de los profesionales. Estamos trabajando para ser más eficientes.

¿Cuál ha sido el papel del farmacéutico durante la pandemia? ¿Qué más puede hacer este profesional para ayudar?

El papel fundamental ha sido resolver los problemas relacionados con el medicamento y la salud y que llamamos síntomas menores, es decir, cuando podemos solucionarlo nosotros y, por otro lado, saber cuándo hay que derivar al médico por ser un problema más grave. Hacemos un trabajo de cribado y, precisamente, esto es fundamental para evitar el colapso de los centros de salud. También hemos hecho atención farmacéutica domiciliaria.

Los farmacéuticos podemos hacer más, como por ejemplo, test rápidos de diagnóstico de la Covid-19 o vacunar frente a la gripe. También dispensar medicamentos hospitalarios, siempre y cuando existan los controles necesarios. Esto tendría un ahorro económico y un impacto positivo en la salud de los pacientes.

Los farmacéuticos quieren hacer test rápidos de la Covid-19. ¿Está este colectivo formado para ello? ¿Los establecimientos están preparados?

Nosotros desde la farmacia lo podríamos hacer perfectamente porque estamos acostumbrados a hacer otros tipos de cribado. Informaríamos del resultado al médico correspondiente y, de esta manera, tendríamos un control del virus mucho mayor. Ya hay comunidades autónomas que se lo plantean y son los propios pacientes quienes lo están pidiendo.

Nuestros establecimientos están preparados. Cuando capacitamos a alguien, vemos si la estructura de su farmacia es la adecuada para hacer ese servicio. Aquellas que sí estén capacitadas, podrán hacer estos test rápidos. En esto no habría problema.

¿Cómo sería la comunicación de los resultados de estos test rápidos a los médicos?

Podríamos informar a través de la receta electrónica, creando un compartimento para ello. Aunque, en este punto, sería fundamental tener acceso a la historia clínica porque, de esta manera, podríamos compartir más información al médico, lo que ahorraría mucho tiempo. Podríamos detectar positivos y personas de contacto, que supondría el gran salto que está pidiendo la sociedad.

La mayoría de los controles se van a realizar en los servicios de salud, pero hay una realidad que es que España necesita que también se hagan en las boticas. La cuestión es tener voluntad, porque se puede hacer.

Otros sectores no están de acuerdo. ¿Qué les diría para convencerles de que los farmacéuticos tienen todas las capacidades?

El 90% de los médicos está a favor de que se puedan hacer y así lo han constatado las diferentes sociedades científicas. Además, en Sefac tenemos cursos de formación para hacer test rápidos.

Yo no tengo inconveniente en hablarlo con las sociedades científicas de Enfermería. No estamos inventando nada porque ya se está haciendo en otros países europeos con resultados muy eficientes.

En muchos casos, son sindicatos los que presionan al Ministerio de Sanidad para que no hagamos los test rápidos y no son ellos quienes tienen que marcar la política sanitaria de un país. Un sindicato está para proteger los derechos de los trabajadores. Para marcar la política sanitaria ya están las sociedades científicas.

Estamos perdiendo a ese 20% de la población que no quiere ir al centro de salud y que prefiere hacerse el test rápido en la farmacia. Yo quiero salvar el sistema de salud y para ellos es necesario contar con las boticas.

Parece que esto es un interés nuestro, pero no es así. Estamos viendo una necesidad de la población y estamos en la obligación de decirlo. No podemos ser esclavos de un sindicato.

Recientemente publicaban los resultados de una encuesta en la que decían que el 47% de la población se vacunaría de la gripe en la farmacia. ¿Por qué debería poder vacunar el farmacéutico?

Las farmacias de países como Francia, Italia y Portugal ya están vacunando frente a la gripe. Nosotros no queremos sustituir a un médico o a un enfermero en sus funciones, pero sí complementar el trabajo. Son muchos los pacientes que llegan a la farmacia queriendo vacunarse. Aquí es donde tenemos a un grupo importante de gente y, debido a que no podemos vacunar, somos de los países que están a la cola en tasas de vacunación de la gripe.

Aprovechemos las farmacias. ¿El cómo? Habría que ponerse de acuerdo. Lo que está claro es que a pesar de ser un establecimiento privado, estamos regidos como un servicio público.

Este año, a pesar de que se ha reforzado la campaña de vacunación de la gripe, no están llegando dosis a las boticas debido a la compra extra de las comunidades autónomas y del Estado. ¿Qué opinión tiene sobre esto?

Las Administraciones Públicas han tenido que rectificar. Ya lo dijimos. Las comunidades autónomas ya están liberando dosis para vender en las farmacias porque se han dado cuenta de que era una barbaridad que el Gobierno se quedase con todas.

No puede ser que las autonomías se queden con todas las vacunas. Luego, ¿qué hacemos con todas las que sobran? ¿Las tiramos? ¿Quién lo paga? No se trata de poner más dinero, se trata de gestionar y aprovechar mejor los recursos que tenemos. Trabajar todos juntos.

Sefac trabaja en uno de los mayores estudios sobre cesación tabáquica en la farmacia. ¿Cómo es el trabajo de los farmacéuticos en este sentido?

Actualmente, está habiendo problemas con la prescripción médica de los tratamientos para dejar de fumar. Con el confinamiento, muchos de los pacientes no acabaron su tratamiento porque no estaban preparados. Ahora, cuando han querido retomarlo, se encuentran con el problema de que el programa ve que, como ya lo empezó, no tiene derecho a otra caja.

Esto es una mala gestión informática. El programa está por encima de la decisión del médico a pesar de que quiera cambiarlo.

Noticias relacionadas