Ya no sorprende. Pero su día, hace justo cuatro años, sí lo hizo. El euríbor a 12 meses, la referencia para la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, cumple este miércoles cuatro años consecutivos bajo el 0%. Lo que en su momento fue visto como algo excepcional y, sobre todo, pasajero, ahora forma parte del paisaje financiero como si tal cosa. Es lo que tiene la crisis y su alargada herencia, que sigue vigente en no pocos rincones de la economía. Como el del euríbor. 

Porque su trayectoria es una antes de 2008 y otra después del año que dio a la crisis una dimensión histórica, con la quiebra de Lehman Brothers como principal evento. Entre 2000, cuando tomó al relevo al mibor a un año como índice de referencia, y 2008, su media se situó en el 3,5%, con una media mensual máxima, del 5,39%, en julio de 2008, el mes en el que el Banco Central Europeo (BCE), conducido entonces por Jean-Claude Trichet, se atrevió a subir los tipos de interés. 

Luego, ya desde finales de 2008 y sobre todo a partir de 2009, todo cambió. En 2009 llegó a situarse bajo el 2% por primera vez. El siguiente hito, el de romper la frontera del 1%, se demoró hasta el verano de 2012, ya con Mario Draghi en la presidencia del BCE. El 0,5% cayó durante 2013. Y, por fin, a comienzos de  febrero de 2016, lo impensable, lo imposible, se hizo real. El euríbor a un año con un signo 'menos' por delante. En negativo. Por debajo del 0%. 

Entonces, el 5 de febrero de 2016, cruzó el umbral con timidez. Marcó un -0,002% ese día. Ahora, cuatro años después, de timidez, nada de nada. Oscila en torno al -0,25%, y en el verano de 2019 rozó incluso el -0,40%.

EL TERRENO POSITIVO AÚN PUEDE ESPERAR 

Y por ahora nada presagia que vaya a volver pronto a cotas positivas. Si todo transcurre como el BCE tiene previsto en su hoja de ruta, el euríbor cumplirá cinco años y posiblemente seis por debajo del 0%, puesto que en el horizonte de la entidad ya presidida por Christine Lagarde no se adivinan subidas de los intereses hasta 2022. Es más, las permutas financieras (swaps) sobre el euríbor lo sitúan en negativo hasta final de la década. 

Como suele ocurrir, estos cuatro años en negativo tienen sus ganadores y sus perdedores. Entre los primeros, aquellos hipotecados con préstamos a tipo variable, y sin ninguna cláusula impidiéndolo, que han visto cómo los intereses de sus cuotas menguaban gracias al descenso de la referencia hipotecaria. Entre los segundos, las entidades bancarias, a las que precisamente ese efecto sobre los intereses ha provocando una merma en sus ingresos y una presión adicional sobre su reducida rentabilidad. 

Con el objetivo, precisamente, de aliviar el perjucio que los tipos negativos causa a los bancos, el BCE puso en marcha a finales de octubre un paliativo -'tiering'- que, entre otros efectos, equivale a una subida de los intereses en referencias como el euríbor. Su anuncio en septiembre, primero, y su entrada en vigor, después, figura tras la amortiguada subida del euríbor en los últimos meses desde el casi -0,40% de agosto y septiembre hasta los niveles actuales, entre el -0,25 y el -0,30%. Todavía, eso sí, lejos del 0%, un terreno que hace ya cuatro años que no pisa. 

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