La sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una obligación para muchas empresas. Cada vez son más los fondos e inversores institucionales que descartan de su menú a las cotizadas que no están comprometidas con este objetivo, por lo que los esfuerzos por no quedarse fuera de sus listas de la compra no dejan de ir a más.

El tema de la sostenibilidad en materia ambiental, social y de gobernanza corporativa (a menudo referido bajo las siglas ASG) ha cobrado una importancia creciente en los últimos años y esta última semana ha estado en boca de todos con la celebración de la Semana del Clima y el viaje de Greta Thunberg a la sede de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. Las cifras de lanzamiento de nuevos fondos especializados, la creación de departamentos en el organigrama de las empresas y el peso creciente que se da a estas cuestiones en las presentaciones corporativas dan cuenta de la paulatina importancia que va adquiriendo el ‘vestirse’ de verde.

Un reciente estudio de Scorpio Partnership muestra que mientras solo un 29% de los inversores de más de 55 años a escala global dice estar preocupado por las cuestiones de sostenibilidad, estas cuestiones son determinantes a la hora de elegir su cartera en un 61% de los casos para los menores de 35 años. Y los porcentajes se multiplican cuando se trata de inversores institucionales, que se muestran mucho más volcados con el tema ‘verde’ que los minoristas.

Las juntas de accionistas de las cotizadas estadounidenses han votado un 54% más de propuestas sobre sostenibilidad que hace un año, hasta alcanzar un máximo histórico

Una prueba determinante de los esfuerzos de las cotizadas por cumplir con los requisitos más elevados de sostenibilidad, o al menos de mostrar compromisos encaminados a este fin, está en las menciones que este asunto recibe en los informes trimestrales de negocio. Un análisis de la consultora FactSet sobre las menciones que los criterios ASG recibieron en estos documentos corporativos a lo largo de la última temporada de resultados en el S&P 500 no deja lugar a dudas: las alusiones a la materia se duplicaron en el segundo trimestre con respecto al primero de este año.

El estudio recoge que el número de alusiones a criterios ASG en las presentaciones de cuentas del índice amplio de Wall Street alcanzó máximos de dos años. Y eso que solo un 5% de las cotizadas del indicador hicieron mención explícita a estas siglas. Por sectores, no es de extrañar que dominen aquellos que más frecuentemente están señalados como habituales de malas prácticas de comercio o ambientales, de manera que los valores financieros, inmobiliarios, energéticos e industriales son los que lideran el ranking al otro lado del Atlántico.

Las cifras sobre las juntas de accionistas son aún más evidentes. En EEUU, donde las gestoras y los asesores financieros han hecho un mayor esfuerzo por promover la cultura de la inversión sostenible, las cotizadas de aquel país votaron un total de 77 resoluciones sobre criterios ASG en sus asambleas anuales generales a lo largo de 2018. La cifra no tiene parangón histórico, según un reciente estudio publicado por JP Morgan, que muestra que además se produjo un sustancial incremento del 54% con respecto al ejercicio precedente.

LOS GRANDES VALORES DEL IBEX SE PONEN LAS PILAS

A pesar de todo lo anterior, la ‘fiebre verde’ no se circunscribe ni mucho menos al mercado estadounidense. Uno de los grandes grupos financieros europeos ha redoblado en los últimos meses su apuesta en la materia. Deutsche Bank Wealth Management, el brazo de gestión patrimonial del gigante bancario alemán, ha anunciado que “está acelerando significativamente su estrategia ASG” con el objetivo de dar respuesta a las demandas de las nuevas generaciones, que exigen inversión de impacto social en su cartera. Pero no es solo cuestión de expectativas, puesto que la inversión con base en estos criterios ya suma unos 30 billones de dólares a escala global, tal y como recogen los últimos recuentos de la Alianza Global de Inversión Sostenible (GSIA, por sus siglas en inglés).

"Estamos acelerando significativamente la estrategia ASG para dar respuesta a las nuevas generaciones, que exigen inversiones de impacto en su cartera"

La lista de grandes gestoras globales que en las últimas semanas han lanzado nuevos productos con criterios de sostenibilidad incluye a Lyxor (Société Générale), Aberdeen Standard, Schroders, Allianz, Robeco, Oddo BHF, Pimco y Santander AM. Ni siquiera el Banco de España se resiste ya a esta tendencia de inversión y esta misma semana ha anunciado su participación en el fondo de bonos verdes que ha lanzado el Banco de Pagos Internacionales (BPI) para fomentar la introducción de elementos de sostenibilidad en la gestión de las reservas monetarias de las instituciones de banca central.

Aunque en España un 55% de los inversores dicen no haber escuchado nunca sobre los criterios ASG, las empresas nacionales ven como cada vez son más los que se contagian de esta fiebre ‘verde’ y se ponen manos a la obra para no quedarse fuera de la cesta de valores elegibles. Así lo demuestra el último estudio presentado por EcoAct, que arroja un cumplimiento del 56% para los criterios más exigentes de sostenibilidad dentro del Ibex 35. Esta marca sitúa al índice como segundo más adelantado de Europa, solo por detrás del 61% que consigue el CAC 40 parisino.

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