Nunca he visto tanto destrozo en daños materiales en Benicasim como los que ha producido la última gota fría de Levante. No me hago ilusiones de que esta será la última que vea porque realmente cada varios años se producen extraordinarias descargas de agua que por desgracia producen fallecimientos. La más letal no la olvidaré jamás por el cabreo que supuso quedarme sin ver a Héroes del Silencio en el año 1989, pero al día siguiente descubrí de la manera más dura posible el porqué de la suspensión de aquel concierto. 
Pero nunca aprendemos, seguimos construyendo cerca de ríos y ramblas. Y lo que es peor, en Oropesa del Mar inclusive se usan metros y metros cúbicos de tierra para poder tapar una rambla y poder construir encima de ella. No me cabe la menor duda que llegará otro mes de septiembre, típico mes de las gotas frías, y la Naturaleza sacará de nuevo sus escrituras y entonces volveremos a lamentarnos. Es de primero de Geografía.
No es necesario ser un genio para descubrir qué es lo que va a ocurrir. De hecho, Afganistán es otro gran ejemplo de falta de sentido común. Biden nunca debería haber intentado salir de ese país que se derrumbó como una chabola de cartón en mitad de una rambla.
Afganistán ha aguantado todos estos años gracias al flujo continuo de ayuda exterior y la presencia permanente de Estados Unidos. ¿Qué pensaba que iba a pasar? Y lo mismo puedo decir de la pandemia de la Covid-19, que está gestionando de la peor manera posible.
En Estados Unidos tienen a la mitad del país que está vacunado en constante estado de histeria por el virus y a la otra mitad del país que no está vacunado fingiendo que el virus no existe. Dicho de otra forma, tienen a una mitad de la población que mira hacia la realidad virtual del futuro y a la otra mitad que se aferra un pasado arruinado.
A medida que nos acercábamos al final de las vacaciones, ha vuelto también el miedo a la vuelta al trabajo en la oficina, las mascarillas y la llamada a la responsabilidad, pero gran parte de los trabajadores van a seguir en el paraíso del teletrabajo atendiendo todos sus caprichos mientras se enriquecen en los mercados sentados en una silla de casa. Ya no es necesario ir al rascacielos de turno en el centro de la ciudad, el iPhone es la nueva oficina.
Hasta la fecha, la tormenta del siglo aún no ha llegado a las tranquilas costas de los mercados de Disney mantenidos por los Bancos Centrales, pero es solo cuestión de tiempo antes de que también veamos a los coches flotando por Wall Street.
Vamos a ver cómo empieza la próxima semana en Wall Street y si la tormenta creada en la creación de empleo estadounidense del mes de agosto se extiende o queda en nada.
Estos efectos y también los del PMI en China son las primeras claves que debemos vigilar de cara al mes más propenso para gotas frías y el mes más bajista del año por excelencia.

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